En los tiempos de la política virtual
Vivimos tiempos en los que se entrecruza la política real con la virtual, y se nos hace difícil a todos distinguir cuando estamos en una u otra, tiempos en los que vivimos en un futuro que no ha llegado, y del que poco sabemos como será, y en otros en que nos vamos a un pasado lejano o reciente, que cada cual interpreta a su manera, pero lo cierto es que estamos poco en el presente que nos ocupa y preocupa y mucho más en la política virtual que la real.
Todo al final tuvo para el pueblo un gusto a virtualidad y a fin de ciclo
Hemos asistido a un debate sobre el Estado de la Nación que ha interesado a pocos, pero del que se han escrito ríos de tinta y de tertulias, siendo la realidad un debate más virtual que real, ya que el presidente del gobierno entre pintarnos un país que debe conocer sólo él ha estado más pendiente de criticar a alguien que no está aún en el Congreso (Podemos), que explicar su gestión, que se reduce a nada.
Más contundente y cercano a la realidad fue Pedro Sánchez, que se llevó los improperios del presidente; pero todo al final tuvo para el pueblo un gusto a virtualidad y a fin de ciclo.
La respuesta a todo ello fue aún más virtual, ya que el líder de Podemos organizó un mitin diciendo que la oposición estaba allí, hombre esperemos que la gente vote a ver donde está cada uno. Y el líder de Ciudadanos dijo que había ganado él el debate porque Rajoy había aprobado la ley de segunda oportunidad que va en su programa económico, amén de pedir humildad a Pablo Iglesias, hombre también un poco la debería tener él, ya que olvida que esta ley la presentaron hace tiempo tanto PSOE como IU en el Congreso; parece que a Albert Rivera se le olvidan las cosas.
Si en el Congreso vimos la política virtual, en el Parlamento autonómico de Cataluña hemos asistido, en la famosa Comisión Pujol, a la virtualidad máxima cuando no al esperpento; las comparecencias no han servido para nada más allá de ver como la familia Pujol nos sigue tomando el pelo a todos y los grupos políticos hacen el paripé para cumplir el expediente; al final para ser más casposo todo aparece la figura del “pequeño Nicolás” en un alarde de película de Mariano Ozores, donde la realidad, aquí si, supera la ficción.
Y para terminar el PP nos ofrece la receta para crear 4 millones de empleos en dos años, algo que ni la Virgen del Rocio y la de Fátima juntas, con la inestimable ayuda de Santa Teresa de Jesús lo lograrían, el PP si, fantástico.
Pero ya sabemos que la culpa de todo la tiene el caloret faller, ahora que se ha ido el calor del invierno y llega el frío del verano, el caloret provoca estas cosas, o tal vez que estamos en campaña electoral, yo prefiero el caloret y la mascletá Rita Barberá dixit.