La 'consellera' de Interior, Núria Parlon, y el director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel
Retos imposibles
“El objetivo de '0 víctimas en 2050' que sugirió la 'consellera' Parlon es poco menos que quimérico; entre otras cuestiones, porque, aunque deseado, ese escenario ni se plantea ni depende en exclusiva del Govern”
Un solo fallecido es suficiente para determinar que un año ha sido malo en las carreteras. Por desgracia, en Cataluña, las víctimas mortales de tráfico se cuentan por algunas decenas, aunque los registros de la comunidad figuran entre los más bajos de la serie.
Ahora bien, el reto de “0 víctimas en 2050” que sugirió la consellera Parlon el pasado 10 de noviembre es poco menos que quimérico. Entre otras cuestiones, porque, aunque deseado, ese escenario ni se plantea ni depende en exclusiva del Govern. Influyen varios factores.
El objetivo real (no tanto realista) marcado por las autoridades consiste en la reducción del 50% de las víctimas mortales cada diez años. El último dato válido es el de 2019 (175 fallecidos), pues el 2020, el de la pandemia, no computa por razones obvias.
Por lo tanto, si se cumplieran esos objetivos o se mejorasen –harto complicado en ambos casos–, llegaríamos al 2050 con una previsión de 22 víctimas mortales en Cataluña. El 0 que se propone Parlon, que entonces estará alejada de lo público, es un brindis al sol.
Un apunte: este año ya ha habido que lamentar 129 fallecidos, un número que se acerca a los 136 del 2024 y que se superará casi con total seguridad. Eso sí, quedará lejos del dato del 2019.
Se puede mejorar la seguridad de las vías, aumentar la de los vehículos, impulsar la educación, endurecer las sanciones, y obligar a que todo el parque móvil sea autónomo, sin conductor. Pero ni siquiera así se puede vislumbrar un año sin fallecidos en el asfalto.
En política son habituales las promesas y los anuncios grandilocuentes. Pero son eso, titulares que buscan un impacto momentáneo, sin perjuicio de que se trabaje en mejorar. De hecho, este jueves se presentará un plan para reducir la mortalidad en la AP-7.
Veremos, pues, en 2050, cuán cerca estamos de las 0 víctimas pretendidas por Parlon.