Imagen del bar del Soho House Barcelona

Imagen del bar del Soho House Barcelona Cedida

Manuscritos

Dime qué lees y te diré qué beber

Luna Miguel, Vladimir Nabokov y una variada selección de vino fueron los protagonistas de una de las sesiones de Wine, women & words, la iniciativa que arrasa en Barcelona

28 diciembre, 2023 17:43

En Wine, women & words, el proyecto creado por Andrea Carbalho y Agustina Rodríguez, se combina el gusto por la literatura y el vino desde una perspectiva de género, es decir, poniendo el foco en el papel que desempeña la mujer en el mundo de las letras. La iniciativa comenzó desarrollándose en 2019 en salones de estudios privados, y, a día de hoy, sus charlas ocurren en los lugares más selectos de Barcelona, como Juno House, Soho House, All Women Tech o, en el caso del último evento, en el elegante Hotel Sir Victor. Entre sus invitadas, han contado con jóvenes talentos de la categoría de Elena Medel, Sara Torres, Laura Ferrero o Anna Pacheco, entre otras.

El pasado 3 de noviembre fue la escritora y poeta Luna Miguel quien lideró el encuentro, pero no para hablar de su propia obra, sino para abrir un debate sobre la novela Lolita, de Vladimir Nabokov. Al mismo tiempo, la sommelier Nika Shevela maridaba los pasajes que leíamos con el vino que, según su impecable criterio, mejor los acompañaba.

La elección de este libro en concreto vino dada por lo controvertido que, a día de hoy, sigue siendo su argumento, a pesar de haberse publicado en 1955. La invitada explicó la relación que mantiene con la novela: se la regaló un profesor de instituto cuando ella no era mucho mayor que la protagonista de la historia y, desde entonces, asegura que la relee una vez al año, sin falta. “Es una especie de tortura y castigo, a la vez que un ritual de agradecimiento, ya que este libro me ha hecho ser escritora”. Lejos de resultarle repetitivo, sostiene que cada lectura le aporta algo nuevo.

Durante el coloquio se señaló lo contradictorio que resulta encontrar en la sinopsis de la edición de Anagrama que es “una extraordinaria novela de amor”. ¿Acaso ese elevado sentimiento define la incestuosa relación que se crea entre Humbert Humbert y su hijastra, una niña de doce años que acaba de perder a su madre? Pau Luque, en su ensayo Las cosas como son y otras fantasías, afirma que “la maravillosa peculiaridad de Lolita es que obliga a meditar al lector sobre el único elemento del que no hay huella en Lolita: el amor”.

Recepción del Soho House de Barcelona

Recepción del Soho House de Barcelona SOHO HOUSE

Otro misterioso sinsentido que ha originado esta novela es la cadena de asociaciones creadas en torno al concepto de “lolita”. Ser una lolita equivale a pintarse los labios de rosa, usar minifaldas, desabrocharse los primeros botones de la blusa y, en definitiva, utilizar la provocación como carta de presentación. Resulta cuanto menos curioso que se infieran connotaciones de este tipo acerca de la indefensa protagonista del libro, a la que el propio Nabokov definió en su entrevista en Los monográficos de Apostrophes como “una pobre niña de doce años que corrompen y cuyos sentidos nunca se llegan a despertar bajo las caricias del inmundo señor Humbert Humbert”.

El escritor Vladimir Nabokov, representado en un 'graffiti' en Opatija (Croacia) / HENRY KELLNER.

El escritor Vladimir Nabokov, representado en un 'graffiti' en Opatija (Croacia) / HENRY KELLNER.

Entre los numerosos comentarios que originó el debate entre el público, me llamó la atención el de una asistente que compartió que había leído el libro por primera vez de adolescente y que inmediatamente se convirtió en su favorito. Muchos años después, cuando lo releyó ya siendo adulta, se llevó una sorpresa enorme; al contrario de cómo lo recordaba, le pareció una historia escalofriante. “¿Cómo pudo haberme fascinado algo así de niña?” Nika Shevela, la sommelier que ocupa un papel fundamental en cada evento de Wine, women & words, trasladó esta reflexión al mundo enológico, afirmando que, cuando volvemos a lo conocido, la expectativa es que vayamos a encontrar lo mismo que recordamos, pero la verdad es que cada añada va a ser diferente porque el contenido es el reflejo de lo que va pasando en la vida.  

Maridar literatura con vino no es una tarea fácil, especialmente cuando lo que se leen son pasajes que crean cierta incomodidad entre el público. En cualquier caso, la premisa de Shevela es que ambos mundos comparten elementos del proceso creativo y tienen la capacidad de evocar paisajes físicos y emocionales. “El vino y la literatura interactúan, hablan, solo hay que saber descifrarlos”.

La ilusión con la que Andrea Carbalho y Agustina Rodríguez fundaron hace cuatro años Wine, women & words fue la de crear un espacio donde hablar con libertad, debatir, pensarnos, cuestionarnos e informarnos. Algo que, sin lugar a dudas, están consiguiendo con éxito.