Filosofía

¡Cállate, Rufián!

9 febrero, 2022 00:30

Entre las colinas de Éfeso (en la actual costa de Turquía) hay una vía principal que dibuja una curva de ballesta hasta desembocar en el mar. Allí se levanta la casa en la que vivió Heráclito, nacido el año 540 antes de nuestra era. Él fue el primer hombre que nos invitó a todos al banquete de la filosofía y, desde entonces, la humanidad sabe que el pensamiento crítico es un lugar al que visitar asiduamente.

Sin embargo, ahora, los educadores ven con preocupación cómo la aplicación curricular del Departamento de Educación de la Generalitat, del consejero Gonzàlez-Cambray (ERC), va reduciendo el papel de la filosofía en secundaria. Es la réplica catalana a la Ley Maestra de Ayuso con la que Madrid espolea la concertada y confronta a Sánchez. La medida puede dejar a generaciones de adolescentes con la asignatura del pensamiento en barbecho.

Heráclito tendría motivos para enojarse con Esquerra por dos causas: su dejadez intelectual a propósito del recorte curricular y su mendacidad ante la reforma laboral que el partido republicano votó en contra alineándose con el PP y Vox. El soberanismo, curiosa izquierda insolidaria, se alía con Casado, la voz de los chascarrillos (“el socialismo ataca a la remolacha”).

Pero la luz de Éfeso, fuego sagrado de la razón, exige coherencia. Denuncia a Junqueras y su turiferario, Gabriel Rufián; ellos se olvidaron de que la reforma del Gobierno ha sido consensuada por los agentes sociales --patronal y sindicatos-- amparados en el artículo 7 de la Constitución, como ha explicado Antón Costas, presidente del Consejo Económico Social (CES).

Nadie olvida además que ERC traicionó su buena relación con UGT y que el PP votó en contra de un pacto firmado por la CEOE. En este enrevesado asunto encaja el aforismo de Wittgenstein: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. El influyente filósofo que se llevó sus papeles a la Gran Guerra y acabó escribiendo su único libro en las trincheras, contestaba a sus compañeros con elegante sequedad: “Si no sabes que decir, cállate”. Rufián y Aitor Esteban (PNV) pensaron en el pleno del Congreso que habían perdido una gran oportunidad de callarse, cuando vieron por unos segundos que su voto negativo se convertía en la derrota del Gobierno.

Los independentistas diseñan ya su estrategia pensando en las generales, al margen del PSOE; para recuperar la realidad, establecen puentes con las élites en Foment y el Círculo de Economía; apuestan a futuro, sin saber que “el futuro es falso porque tenemos mucha influencia sobre él”, como dice la sabia reflexión de Elias Canetti, descartando el pensamiento blando. Para la filosofía no hay pasado ni futuro, porque no hay “origen de los tiempos”.

La elaboración curricular se halla en fase de consulta a los centros, pero su sesgo baña ya el inicio del curso previsto para el próximo setiembre. Las asociaciones de profesores reclaman revisar los textos de Martha Nussbaum, la filósofa Premio Príncipe de Asturias en 2012, que tanto ha escrito sobre la bondad de la pedagogía socrática. El mismo José Antonio Marina nos ha revelado que el pensamiento crítico refuerza las democracias, hoy amenazadas por excesos identitarios y populismos.

En Cataluña, el derrumbe de las certezas nacionalistas ha impedido demostrar la carga de la prueba --la existencia de un Estado español autoritario-- cuya refutación no precisa justificaciones. Pero vivimos todavía en el interior del Anillo, recubierto de una coraza aislante. Para que nadie la rompa, los indepes reducen la filosofía a cenizas. ¿De qué tienen miedo?