La corrupta Creu de Sant Jordi protegida por el nacionalismo catalán
Camiade, condenada por fraude y que acumula ocho requerimientos por impago, huyó a Perpiñán gracias a la protección del Institut d’Estudis Catalans, donde gestiona generosas subvenciones de la UE
13 marzo, 2020 00:00Quienes han trabajado con ella todavía están alucinando. El pasado martes, Martina Camiade Boyer, profesora de la Universidad de Perpiñán y miembro del Institut d’Estudis Catalans desde el 5 de junio de 2019, era galardonada con la Creu de Sant Jordi, uno de los máximos reconocimientos que concede la Generalitat.
La decisión tomada en el Consell Executiu reconocía así el “trabajo fructífero e innovador en temáticas transfronterizas” pues, a su juicio, Camiade se ha convertido en una “especialista reconocida” en esa materia. Dicho de otra manera, el presidente Quim Torra premiaba la labor de esta historiadora en la Catalunya Nord, territorio icónico del pancatalanismo donde, el pasado 29 de febrero, Carles Puigdemont pronunció su incendiario discurso contra el diálogo y contra ERC.
Pero el Govern pasó por alto un importante dato que no olvidan quienes conocen a Camiade: su condena de año y medio de cárcel por apropiación indebida de fondos públicos y falsedad documental. La sentencia, dictada por el Tribunal de Corts de Andorra el 24 de noviembre de 1995, ordenaba que se notificara la pena a Martina Camiade “actualmente en paradero desconocido”. Pero esta condena “es la punta del iceberg de las oscuras prácticas de Camiade”, afirman desde su entorno.
Nacida el 20 de febrero de 1952 en Millas (Francia), la historiadora obtuvo la nacionalidad andorrana en febrero de 1972. En un edicto firmado en 1996 por el entonces Batlle del Principat de Andorra, Agustí Pifarré, se cita a la vecina de Escaldes-Engordany, entonces con “domicilio desconocido” en relación a otras diligencias 129-1/96, en este caso por apropiación indebida y falsedad en documento público. Pero es que, además, existen hasta ocho requerimientos del Gobierno andorrano por impagos que se pueden leer en este enlace.
La ayuda de Joan Becat
La flamante Creu de Sant Jordi huyó entonces a la Catalunya Nord y solicitó la renuncia a la nacionalidad andorrana en diciembre de 1997. Pudo rehacer su vida gracias a la inestimable ayuda del miembro del IEC y profesor de la Universitat de Perpiñán, Joan Becat, quien la propuso como delegada del Institut en esa región del sur de Francia, cargo que todavía ejerce y desde donde gestiona subvenciones públicas procedentes de la Generalitat y de la UE.
“Camiade siempre ha tenido una gran habilidad para ofrecerse para liderar proyectos, pero está muy desacreditada dentro del IEC. Nadie quiere trabajar con ella, no inspira confianza”, explica una fuente conocedora de la breve trayectoria de la historiadora en el Institut, al que también pertenece la consejera de Cultura de la Generalitat, Mariàngela Vilallonga, conocida por sus teorías sobre la "raza catalana".
Así, Becat la propuso como “miembro correspondiente” de IEC --una de las dos categorías existentes en esta entidad junto a los miembros numerarios y eméritos--. Eso le permitió a Camiade recibir 713.278 euros procedentes de subvenciones de la UE a través del proyecto Poctefa, el acrónimo del Programa INTERREG V-A España-Francia-Andorra. Se trata de un programa europeo de cooperación territorial creado para fomentar el desarrollo sostenible del territorio fronterizo entre los tres países. Poctefa aprobó el proyecto Catalunya Carolingia del IEC.
Las "capillitas" del IEC
“Es la responsable y sigue gestionando fondos públicos. Previamente, había intentado dirigir otras subvenciones cuando era delegada en la Catalunya Nord, pero no se salió con la suya porque las entidades implicadas la rechazaron”, explican las mismas fuentes, que denuncian “las capillitas existentes en la IEC”. Una entidad privada que, a pesar de contar con muchas subvenciones públicas, “tiene muy poca transparencia económica”
¿Hay que retirarle a la historiadora la Creu de Sant Jordi? Desde su entorno laboral responden de forma afirmativa sin dudas. Un galardón concedido gracias a la recogida de firmas del propio Joan Becat.