La hipnosis clínica, a debate: “Se confunde un método que puede ayudar con uno que lo cura todo”
Muchos profesionales trabajan con esta técnica en sus terapias para tratar adicciones o aliviar el dolor, pero hay cierta controversia acerca de si se debería considerar o no una pseudociencia
4 marzo, 2022 00:00Todo el mundo conoce la hipnosis de los espectáculos o programas de televisión, donde se toma el control del cuerpo y la mente de una persona que obedece lo que el hipnotizador le pide para, minutos después, despertar del trance sin recordar nada. Esta técnica también se utiliza en medicina o psicología, aunque nada tiene que ver con lo que se ve en el mundo del entretenimiento. En este caso se trata de la hipnosis clínica, un método rodeado de controversia sobre si es o no una pseudociencia dada su escasa evidencia científica.
“Se confunde un método que puede ayudar con uno que lo cura todo”, ha expresado Antonio Capafons, catedrático de Psicología y especialista en hipnosis, a Crónica Global. Con más de 30 años de experiencia en este campo, considera que hay que saber diferenciar muy bien cada tipo y qué profesional la aplica. “Si se usa como coadyuvante de, por ejemplo, un tratamiento oncológico, la cura de una depresión o para dejar de fumar, puede que el resultado sea más eficiente, pero hay que tener claro que por sí sola no cura nada”, señala.
¿Qué es y para qué se usa?
Los profesionales que trabajan con hipnosis la definen como un estado natural de la mente que se usa como canal de conducción para trabajar un tema y ponerle solución, aunque no se trata de estar dormido sino de relajar el sistema nervioso. “Somos como ordenadores humanos y, con esta técnica, accedemos a los programas. Identificamos cuál genera el problema, lo desprogramamos e instalamos el que queremos”, señala a este medio María Campos, que se define como hipnoterapeuta. Esto ocurre porque, según cuenta, la parte consciente de nuestro cuerpo tiene una fuerza del 5% sobre nuestras acciones, mientras que el 95% restante recae sobre el subconsciente. Por ello, defiende que los humanos entramos en hipnosis inconscientemente a menudo, como cuando repetimos el mismo trayecto a diario y lo realizamos de forma automática.
En cuanto a sus usos, Campos asegura que se puede aplicar a prácticamente todo: “Somos seres integrales con la mente y el cuerpo conectados, por lo que cualquier sintomatología física está unida a la emocional, de modo que el campo de acción es muy amplio”. Generalmente, se trabaja con ella en procesos terapéuticos de la depresión, ansiedad, ataques de pánico, autoestima y adicciones, entre otros. De estas últimas, una de las más frecuentes es la de dejar de fumar, como es el caso de personalidades conocidas como la cantante Adele o el actor Matt Damon.
Alerta por posibles estafadores
Capafons recuerda que hay que andar con cuidado a la hora de someterse a esta técnica, pues no hay una profesión como tal reconocida: “Se ha creado una industria en la que ofrecen a cualquiera cursos y formaciones que no están en absoluto basados en ciencia, por lo que no la hacen médicos ni psicólogos que entiendan realmente de ello”. Por este motivo aparecen los estafadores, que “hablan de la hipnosis como si fuera magia y prometen solucionar un problema en dos horas”, señala Luis Miguel Real, psicólogo especializado en adicciones.
Es el caso de un hombre que ofrece sesiones grupales en hoteles por casi 250 euros para dejar de fumar. No tiene ninguna titulación, pero afirma tener un don para este fin. “Hice un vídeo hablando del caso y recibí varios mensajes de gente que se había sentido engañada. Muchos no lo expresan al terminar la sesión por vergüenza, ya que creen que es culpa de ellos”, apunta Real. El psicólogo no utiliza la hipnosis porque no le convence, aunque cree que puede ser “una técnica interesante en casos muy concretos, siempre que esté combinada con otras terapias”.
¿Pseudociencia o no?
Estas diferencias de opiniones han originado un debate acerca de si la hipnosis clínica debe ser considerada una pseudociencia, es decir, una práctica que carece de soporte en el conocimiento científico con metodología sólida que pruebe su seguridad y eficacia. El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar y el de Ciencia del Gobierno elaboraron una lista en 2019 a raíz de un informe de la Organización Médica Colegial (OMC) de 2011 que incluye la hipnosis ericksoniana, que utiliza las asociaciones mentales y recuerdos del paciente para lograr sus metas terapéuticas.
“Veo correcta esta clasificación, ya que esta técnica no tiene evidencia. Incluye las regresiones a la infancia, por ejemplo, que pueden ser muy peligrosas; o el aprendizaje de un idioma mientras se está hipnotizado, algo que es totalmente incierto”, señala el catedrático. La mitad de terapias de la lista estaban en proceso de evaluación, entre ellas la hipnosis natural, aunque éste se ha paralizado por la pandemia del Covid-19.
Acabar con las etiquetas
Por su parte, María Campos, como profesional que trabaja con esta técnica, aboga por dejar de poner etiquetas a todo y centrarse en las experiencias de la gente: “Al final, la gente quiere saber si la hipnosis clínica es efectiva o no y eso lo marca el recorrido, pasar por el proceso y contar con resultados. Por eso las reseñas son tan importantes en cualquier sector, ya que al consumidor le interesa saber si a los demás les ha funcionado”. Laura es una de estas pacientes, que se sometió a esta terapia con Campos para tratar su autoestima y un problema en sus relaciones amorosas: “No tenía mucha fe, pero me ha hecho desaparecer los resquicios que me quedaban de una depresión de la que en teoría me había recuperado hace años, ya que todo está conectado”.
A pesar de los múltiples testimonios que afirman haber obtenido buenos resultados al trabajar con hipnosis, Capafons defiende que “por sí sola no es efectiva”, lo que demuestra que las teorías y opiniones acerca de esta cuestión se encuentran en constante debate. Por ahora, la hipnoterapia continúa sin considerarse una profesión, por lo que habrá que esperar a los próximos estudios o avances científicos para saber si finalmente se considera o no una pseudociencia.