Cáncer de próstata: un estudio del tumor en varias etapas busca nuevos fármacos más eficientes
El proyecto, liderado por el doctor Mateo, es posible gracias a una beca de 400.000 euros de la fundación CRIS y se centra en buscar tratamientos con inhibidores de PARP
27 junio, 2021 23:45El cáncer de próstata es uno de los tumores más comunes entre los hombres. En Cataluña, de los 21.026 cánceres que se diagnosticaron en varones en 2020, el de próstata fue el más numeroso: 4.396 casos, según datos del Plan director de Oncología del Departamento de Salud.
Hace unos años, todos los tratamientos existentes se usaban para todos los pacientes. Con los avances en medicina, se ha identificado que, según el perfil de mutaciones que tenga cada persona, hay formas de tratar este tumor que funcionan mejor que otras. No obstante, aún no hay tratamientos eficientes para todos. Por ello, el doctor Joaquín Mateo lidera un proyecto en el Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona para dar con nuevos fármacos y descubrir cómo pueden usarse de forma más eficiente los que ya existen.
Beca de 400.000 euros
Tras seis años estudiando la genómica del cáncer de próstata en Londres, en 2017 el doctor Mateo se instaló en el VHIO como principal investigador de un grupo dedicado al estudio traslacional de este tumor metastásico. Ahora, gracias a la beca Talento Clínico que la fundación CRIS Contra el Cáncer le otorgó el pasado mes de mayo, va a poder llevar la investigación más allá y resolver preguntas más específicas alrededor de la enfermedad.
Dirigida a médicos investigadores, esta beca le proporciona una ayuda de 400.000 euros y tiene una duración de cinco años. “Saber que tendremos este apoyo a largo plazo nos da estabilidad. Nos permite ser más ambiciosos y planificar a lo grande lo que queremos hacer en los próximos años”, ha explicado el doctor. Mateo en una entrevista a Crónica Global.
Inhibidores de PARP
En Inglaterra, Mateo lideró un ensayo clínico con el que identificó que algunos de los pacientes de cáncer de próstata con mutaciones responden a los inhibidores de PARP, una sustancia que ayuda a reparar el ADN y que ya se usa, por ejemplo, en casos de cáncer de mama. “Estos fueron los primeros pasos que me llevaron a identificar que los pacientes con ciertas mutaciones deben recibir ciertos tratamientos”, destaca el doctor.
A partir de ahí, los próximos cinco años va a centrarse en una investigación que estudiará a nivel genómico múltiples muestras de pacientes que sufren este tumor en distintas etapas. Así, examinarán “cómo y cuándo aparecen alteraciones que hacen que los cánceres de próstata sean vulnerables a la terapia con inhibidores de PARP”, explica.
Cambios en los tumores
El doctor destaca que van a trabajar “tanto con patrones donde solo se integra una mutación, como con perfiles complejos que requieren análisis computacionales difíciles”. Sobre todo, quieren ver cómo ciertos perfiles pueden cambiar con el tiempo. Esto puede suceder cuando un paciente empieza a ser tratado con un fármaco, pues “este puede modificar el tumor y hacer que adquiera nuevas características, que harán que los patrones también cambien”, añade.
En este sentido, considera que estudiar estos perfiles hará entender mejor la enfermedad en sí y cómo progresa. Así, a la hora de plantear ensayos clínicos con nuevos fármacos, “estudiar cómo los perfiles cambian sobre el tiempo va a ayudar a decidir dónde puede ser más interesante probar un nuevo tratamiento porque creemos que hay más oportunidades de que ayude al paciente”, señala Mateo.
Objetivos a corto y largo plazo
El proyecto tiene varios propósitos, pero hay uno que Joaquín Mateo tiene muy claro: “Para poder curar el cáncer y mejorar los tratamientos necesitamos entender mejor la enfermedad y este es el objetivo a largo plazo que tenemos”, sostiene. A partir de ahí y de datos que han recogido como parte de otro ensayo clínico, quieren “estudiar a corto plazo cómo pacientes que parecen iguales tienen tumores diferentes en realidad”.
En esta línea, el doctor recalca que esto es posible gracias a los pacientes que acceden a participar en estas pruebas clínicas de forma totalmente voluntaria y altruista. “Lo más valioso de un paciente con cáncer es el tiempo, así que los pacientes que nos ceden el suyo y sus muestras para generar datos hace que saquemos lo máximo posible de estos y que los proyectos sean doblemente valiosos”, expone.
Avances en otros cánceres
Aunque existe la posibilidad de no alcanzar los objetivos, Mateo se muestra optimista: “Es en un campo muy poco explorado y, aunque los resultados sean negativos, vamos a aprender”. Y es que defiende que el proyecto “va a abrir muchas más preguntas que las que va a cerrar, ya que es probable que genere datos muy importantes que abrirán nuevas investigaciones”.
Dentro del cáncer de próstata, este equipo del VHIO se centrará en una vía biológica muy concreta: la reparación del ADN, también muy relevante en otros tumores como el de mama, ovario o páncreas. De este modo, “también va a tener un impacto en la investigación de otros tumores y podría abrir campos en otras enfermedades, pues en el fondo nos interesa encontrar fármacos que ayuden al cáncer en general”, declara Mateo.
Experiencia frente a talento joven
El doctor cuenta con un equipo de laboratorio “muy competitivo a nivel europeo” que quiere ampliar con la beca de CRIS para reforzar “puntos débiles”. Compara esta responsabilidad con gestionar un equipo de baloncesto, pues en un pasado fue entrenador y considera que en ambos casos “no son tan importantes las personas, sino que las piezas del puzle encajen y se potencien”.
Estos programas de la fundación están destinados, sobre todo, al talento joven y eso es algo que se refleja en el equipo de Mateo, pues todos son menores de 40 años. “Al final buscas gente con mucha ambición y que quieran empezar cosas nuevas. Esto no quiere decir que no me plantee contratar a gente más mayor, pues no es un criterio que siga, sino que me fijo más en el perfil de la persona en sí”, expone.
Las dificultades para obtener financiación científica
Sin esta beca, Joaquín Mateo no podría desarrollar el proyecto, por lo que tiene muy presente lo importante que son los socios y donantes que apoyan estas fundaciones. Aun así, reivindica que “se necesita más apoyo para proyectos de ciencia”, pues aunque en España hay científicos “bien formados”, las oportunidades que se les da son “cortas e insuficientes”.
En otros países, sobre todo anglosajones, explica que “se invierten muchos más recursos” y los investigadores dan su “máximo potencial”. En cambio, cuando en España no se dispone de financiación suficiente, “hay que ir cambiando de proyecto para conseguir dinero y no puedes centrarte en proyectos de alto impacto”, sostiene. Para acabar con esto, propone que se hagan “inversiones estratégicas” para desarrollar investigaciones de alto impacto –que son caras y necesitan tiempo– y, así, seguir dando pasos al frente en la investigación del cáncer.