Un empleado supervisa un proceso de síntesis en el desarrollo químico de la planta piloto / BOEHRINGER

Un empleado supervisa un proceso de síntesis en el desarrollo químico de la planta piloto / BOEHRINGER

Ciencia

Dentro del cerebro de una farmacéutica de 50.000 trabajadores

"Tardamos de 10 a 15 años en diseñar y vender un medicamento", explica Boehringer Ingelheim

27 abril, 2018 00:00

Es el cerebro de una empresa farmacéutica de 50.000 trabajadores. Boehringer Ingelheim presentó esta semana sus resultados anuales para 2017. Sean cuales fueren sus cifras financieras, uno de los mayores fabricantes de medicamentos del mundo ha explicado también cómo funciona: la división de innovación, que detecta necesidades médicas en pacientes, piensa en nuevos compuestos para resolverlas y, finalmente, lanza fármacos al mercado previa luz verde de los reguladores.

"El proceso es el siguiente: detectamos necesidades médicas no cubiertas. Y decidimos qué campos son los que queremos trabajar. Aquí se abre una doble posibilidad: que tengamos experiencia o no. Si no la tenemos, evaluamos si entrar a investigar con los últimos avances científicos disponibles. Existen dos niveles de priorización", ha explicado a este medio Michel Pairet, miembro del consejo de dirección de Boehringer y vicepresidente sénior de investigación y desarrollo no clínico de la firma alemana.

Hasta 15 años para lanzar

En conversación con este medio, Pairet ha detallado el tiempo medio de preparación de un nuevo fármaco: "Unos diez años, quince en ocasiones". ¿Qué lo demora tanto? "Desde el principio del desarrollo, tardas una década. Tenga en cuenta que primero se debe aislar el público objetivo perfecto, hacer pruebas de selección, la fase de optimización y demás. Para las indicaciones menores, un fármaco suele estar diez años en el laboratorio hasta que se envía a los reguladores para el registro. Para las indicaciones mayores, ese proceso se puede alargar", ha agregado el directivo galo.

El sistema de filtro en el Centro Europeo de Investigación Veterinaria en Hannover / BOEHRINGER

El sistema de filtro en el Centro Europeo de Investigación Veterinaria en Hannover / BOEHRINGER

Instalaciones de Boehringer Ingelheim / CG

¿Ponen muchas barreras esas autoridades farmacéuticas? "En principio, no". Quien habla es Alan Hillgrove, responsable de medicina humana de Boehringer. "La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) trabaja en la misma línea que nosotros. Siempre nos gustaría ver más flexibilidad, claro, pero tenemos claro que el regulador es necesario y está del lado del bienestar humano, el nuestro", ha indicado el directivo. 

En efecto, ¿dónde quedan los pacientes en ese proceso? "En los últimos años hemos trabajado con medio millón de personas con alguna enfermedad en todo el mundo. Tenemos mesas de enfermos que nos dicen: 'Vayan ustedes por aquí o tomen esa otra dirección'. El más pequeño detalle es crucial, pues son ellos los que finalmente tomarán ese comprimido".

De psoriasis a esquizofrenia

Son esos pacientes los que, según el grupo teutón, con una sede corporativa en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), una planta en construcción en este municipio y otra trabajando en Malgrat de Mar (Barcelona) desde 1960, quiere cuidar. En el campo del sistema inmunológico, Boehringer asegura que está logrando "resultados prometedores" con un nuevo antagonista de receptor que trata la psoriasis pustulosa generalizada y que servirá, confía la enseña, para tratar otras enfermedades inflamatorias.

Michel Pairet, miembro de la Junta de Directores Generales con la responsabilidad de la Unidad de Innovación / BOEHRINGER

Michel Pairet, miembro de la Junta de Directores Generales con la responsabilidad de la Unidad de Innovación / BOEHRINGER

Michel Pairet, jefe del área de Innovación de Boehringer Ingelheim / CG

En otro campo totalmente distinto, científicos de la farmacéutica están desarrollando inhibidores de la fosfodiesterasa propios que prevengan la recaída en personas que han sufrido esquizofrenia o que se les ha diagnosticado psicosis. "Es un terreno en el que hasta ahora no habíamos entrado, pero que tiene un impacto muy importante sobre la calidad de vida de las personas", ha indicado Pairet.

Cuatro centros de investigación

Todo ello ocurre de puertas adentro en cuatro laboratorios de investigación repartidos por todo el mundo. El material sólo sale para trabajar con partners o científicos. "Estamos colaborando con investigadores españoles en el campo de las enfermedades inflamatorias del intestino. Los complejos, asegura el conglomerado, son independientes entre sí pero colaboran entre ellos o con socios cuando es necesario.

MIR, vista posterior en verano, árboles y flores, terraza con mesas y sillas en el fondo / BOEHRINGER

MIR, vista posterior en verano, árboles y flores, terraza con mesas y sillas en el fondo / BOEHRINGER

Sede corporativa de Boehringer Ingelheim / CG

Parte de esa colaboración logró, por ejemplo, crear uno de los productos estrella de la enseña: el Jardiance, que rebaja el nivel de azúcar en sangre en personas con diabetes. "Hay mucho movimiento ahora mismo. Estamos mirando cómo avanzar en enfermedades crónicas del riñón o fallos cardíacos, que suponen un problema social de primer orden", ha agregado Allan Hillgrove.

Flexibles con el precio

Una vez esos avances se han probado con éxito, ven la luz verde del regulador y llegan al mercado, ¿cómo encara Boehringer la espinosa cuestión del precio? "En la compañía creemos que hay que trabajar codo a codo con las autoridades farmacéuticas. ¿Qué valor aporta ese producto? ¿Cuánto costó investigarlo? Eso es lo que debería fijar su precio de mercado. Piense que una agencia como la del Medicamento tiene datos de eficacia propios. Pero somos flexibles y estamos abiertos a dialogar siempre y en todos los casos", ha admitido Hillgrove.

Esa política, sin embargo, puede no satisfacer a un paciente, por supuesto. Si alguien está enfermo, querrá una solución a su achaque. ¿Qué respuesta da el grupo, que se anotó ventas por valor de 18.100 millones de euros en 2017, a un enfermo de la calle que reclama un nuevo fármaco más efectivo? "Hay varios factores a la hora de evaluar expectativas del consumidor. La primera es la tasa de deserción, de clientes y cuentas que se van a otras compañías. Después están los tiempos. ¿Está usted dispuesto a esperar una solución que tardará de diez a quince años? Aún con ello, invertimos un 20% de nuestra facturación en investigación y desarrollo. Las cifras y nuestro currículum habla por sí mismos: hemos investigado, lo hemos hecho bien y ello es nuestra principal motivación", ha remachado Pairet.