
Detalle de la portada del libro de Minier, 'Olvidadas'
La UCO de Bernard Minier
Aparece la segunda entrega de las andanzas de la teniente Guerrero, Olvidadas, del escritor francés Bernard Minier, que demuestra un profundo conocimiento de España y que genera ahora más interés a partir de las investigaciones de la UCO de la Guardia Civil
La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, creada en 1987, está últimamente en boca de todos por sacar a la luz las trapisondas financieras y corruptas del gobierno presuntamente socialista de Pedro Sánchez. Solo le faltaba un héroe que hiciera por ella lo que James Bond para el MI6 británico. Pero ese héroe (o, mejor dicho, heroína) ya existía desde el año 2022, cuando el escritor francés de madre española Bernard Minier (Beziers, 1960) publicó la primera aventura de la teniente Lucía Guerrero, Lucía, aquí publicada por la editorial Salamandra al año siguiente.
Acaba de aparecer la segunda entrega de las andanzas de la teniente Guerrero, Olvidadas, mejor aún que la primera y cuya trama se reparte entre Madrid, Galicia y Cuenca. A diferencia de otros autores franceses, Minier demuestra un conocimiento de España, no solo geográfico, admirable. No se encuentran en las aventuras de la teniente Guerrero los errores habituales de un novelista que ambienta sus historias en el extranjero: podrían haber sido escritas por un español, concretamente el Lorenzo Silva de las novelas de Bevilacqua y Chamorro.
En Olvidadas, la teniente Guerrero es apartada de la persecución de un asesino en serie gallego para concentrarse en unos crímenes de postín que están ocurriendo en la capital del reino: los de una socialite ricachona y promiscua y un tipo decadente, pero adinerado, que vive en una nube de drogas y alcohol. A la primera la han cortado por la mitad y su torso aparece colgado en el salón de su mansión. Al segundo se lo han cargado mientras se tambaleaba por las malas calles de Madrid.
Eliminación de millonarios
Si te matan, lo mejor es que seas rico: la policía prestará más atención a tus desgracias que a las de unas pobres chicas gallegas que se dirigían a su lugar de trabajo. A Lucía este favoritismo la irrita, pero tiene que apechugar con él, aunque ha dejado en Galicia a su fiel Arias para que la mantenga informada del avance de las investigaciones.

Portada del libro de Minier
El asesinato de los millonetis no tarda en desmadrarse. En el lugar de los crímenes ha aparecido una pintada que reza “Muerte a los ricos”. Y parte de la opinión pública española, que, al parecer, no tiene nada mejor que hacer, empieza a manifestarse no contra las ejecuciones, sino contra las clases pudientes, generando unos disturbios que obligan a la policía a empeñarse a fondo.
A todo esto, en la Cuenca de las casas colgantes, un artista contemporáneo y su galerista parecen tener algo que ver con las eliminaciones de millonarios…Y hasta ahí puedo llegar para no incurrir en el spoiler.
Punto de inflexión para Minier
Conocíamos al señor Minier de sus novelas anteriores, unos excelentes thrillers protagonizados por el comandante Martin Servaz, de la policía de Toulouse. Una serie que empezó en el 2011 con Glacé (Bajo el hielo), que cuenta, por cierto, con una brillante adaptación en Netflix, y cuyos dos últimos títulos (de un total de ocho) aún se mantienen inéditos entre nosotros: La chasse (2021) y Un oeil dans la nuit (2023).
El comandante Servaz es un personaje tan eficaz como entrañable: cuida de su hija y escucha a Gustav Mahler mientras intenta poner un poco de orden en este mundo. Sus novelas son largas, pero nunca farragosas ni alargadas inútilmente. Y el factor policial y el humano están perfectamente racionados para no cargar excesivamente el peso en uno u en otro. Lo mismo ocurre en las historias de la teniente de la UCO Lucía Guerrero.
Editado en España por Roca y Salamandra, Bernard Minier es uno de esos autores que enganchan. Su éxito no es masivo en España, pero congrega la parroquia necesaria para que editar sus libros no sea una ruina. Algo me dice que, con el auge de la UCO, Olvidadas puede marcar el punto de inflexión del señor Minier entre nosotros. Pero no me hagan mucho caso, que tampoco soy el Nostradamus de la literatura de crímenes y misterios.