Josep Pla, tal como aparece en la portada de 'El cor furtiu'

Josep Pla, tal como aparece en la portada de 'El cor furtiu'

Letras

El corazón furtivo de Josep Pla

La biografía de Xavier Pla, 'Un cor furtiu', es la definitiva, la de un hombre que sabía que acabaría siendo un escritor legendario, con muchos recovecos, con una vida que ahora se desvela con detalle

30 marzo, 2024 16:40

Cuando Francesc Macià preparaba la invasión de Cataluña que acabó con “los hechos de Prats de Molló” –es decir, su detención, y la de sus “soldados”, por la gendarmería francesa en esa localidad francesa— Josep Pla (1897-1981) y Eugeni Xammar, entonces conocidos periodistas, amigos íntimos y, en el caso de Pla, autor de notable éxito, estaban más o menos metidos en el complot, o por lo menos merodeando en sus alrededores. Era el año 1926. En el círculo de exiliados catalanistas en París, entre los cuales estaba Pla a causa de un artículo de prensa que no le había gustado nada a la censura del dictador Primo de Rivera, corrían los rumores sobre un acaudalado patriota catalán que estaba dispuesto a financiar con su fortuna personal un atentado para asesinar a Alfonso XIII, cuya figura encarnaba los valores conservadores y el “unitarismo”, o sea la idea de la integridad del Estado español. Ya se había encontrado también al “ejecutor” voluntario para el crimen.

Simultáneamente a este atentado, que crearía un gran “daltabaix” (descalabro) nacional, se manifestaría, con palabras o con hechos bélicos, el apoyo de Abd el Krim, líder de la insurgencia kabileña que tanto había dañado la reputación del ejército español, a la independencia de Cataluña.

Portada del libro de Xavier Pla sobre Josep Pla

Portada del libro de Xavier Pla sobre Josep Pla

Entre estas dos fuerzas caotizantes algunos en el entorno de Macià (el teniente coronel no veía clara la idea del magnicidio) creían que la partida estaba ganada. El mismo Pla, exiliado en París, estaba convencido de que no tardaría mucho en ver la independencia. Xammar y él, como periodistas cosmopolitas habituados a cruzar fronteras (menos la de los Pirineos) como quien se bebe un vaso de agua, se ofrecían a ir a Marruecos como emisarios de Macià, a convencer a Abd el Krim. Para ello tomarían un barco en Marsella que les llevase directamente a Argel, sin hacer escala en Mallorca, donde Pla podía ser detenido, y desde allí a Marruecos… Xammar estaba entusiasmado. Pla tenía obligaciones con la prensa que le alimentaba, en las fechas previstas para su misión “diplomática” norteafricana tenía que estar en Ginebra para informar sobre una Asamblea de la Scoiedad de Naciones, pero como estaba muy fatigado del periodismo a destajo y siempre andaba en busca de un mecenas, o por lo menos un padrino generoso, poco antes de la fallida invasión de Macià le escribió una carta: “…si yo encontrase, a la vuelta de Marruecos, una manera de ganarme la vida independiente del periódico, dejaría incluso la Asamblea y me pondría a sus órdenes. Pero como no veo que esto sea realizable (…) Discúlpeme, señor Macià, pero hágase cargo de mi situación…” Macià no podía pagarle un sueldo y el viaje se canceló.

Josep Pla y Joaquín Soler Serrano durante la entrevista del programa televisivo 'A fondo' (1976)

Josep Pla y Joaquín Soler Serrano durante la entrevista del programa televisivo 'A fondo' (1976) RTVE

La primera lealtad de Pla era hacia su propia subsistencia; la segunda, la escritura; y la tercera los ideales y principios políticos, mucho menos sólidos. Así, mientras los conspiradores más arrebatados acababan en la cárcel y perdían sus empleos, y se prometían a sí mismos “lo volveremos a hacer”, Pla siguió viajando por Europa, escribiendo y engrandeciendo su obra y su leyenda, ganando muchos admiradores y muchas enemistades. Años después, escribiendo la crónica de aquellos hechos, de aquellos complots fallidos, le gustó prestarse como mucho más escéptico, distante y realista. Era un escritor espléndido de un sentido pragmático fenomenal.

Este episodio tragicómico y tan revelador ocupa un capítulo, unas pocas de las 1.500 páginas de la biografía escrita por Xavier Pla sobre Josep Pla (aunque comparten apelllido no son parientes), Un cor furtiu (editorial Destino) que se acaba de publicar en catalán (el próximo mes de mayo saldrá en lengua castellana) y naturalmente se vende como rosquillas, pues Xavier Pla ha tenido acceso a la ingente documentación que Josep Pla acumuló desde muy joven, prácticamente desde que empezó a escribir en los periódicos, convencido, como estaba, de que acabaría siendo un autor legendario. Desde el principio tuvo muchos admiradores, muchos lectores, y en seguida quiso tener también un biógrafo. Él mismo se lo propuso a varios hombres de letras de la época rendidos a su talento, a su gracia, a su carisma. Lo intentaron, le enviaron sus primeros bocetos, y Pla parece que ni siquiera se molestaba en darles acuse de recibo… Ésta es probablemente la biografía definitiva, a la que además el autor ha incorporado (citándolos) los descubrimientos o hallazgos de otros investigadores previos, más o menos parciales.

Tenemos aquí una biografía al estilo anglosajón, caudalosa, detallista –largas páginas dedicadas, por ejemplo, a saber si Pla se casó o no se casó con Adi Emberg, con la que convivió durante quince años--, en la que se retrata al personaje pero también la época en la que vivió o por lo menos los ambientes que frecuentó. La biografía de Xavier Pla sigue, completa y contradice el autorretrato que Josep Pla trazó en sus dietarios y sus numerosos escritos autobiográficos. Seguiremos hablando de El corazón furtivo el próximo domingo.