Carlos Goñi: “Los hispanos siempre han sido plurales y eso supone una gran riqueza”
El filósofo rastrea en ‘Hispanos’ el alma de los personajes que contribuyeron a la grandeza de Roma, con rasgos que todavía hoy se mantienen
4 octubre, 2022 22:45España como construcción muy lejana en el tiempo. Un carácter que se mantiene y con la voluntad de perdurar. ¿Seguro? Los discursos políticos, que tratan de mirar al pasado para justificar el presente y asegurar el futuro no se sostienen cuando se estudia la historia. No hay naciones milenarias. Se construyeron de forma reciente y siempre y desde arriba, desde las llamadas ‘estructuras de estado’. Pero, eso tampoco se puede negar, esas construcciones tuvieron éxito en la medida en la que existían comunidades con características propias y compartidas. ¿Es España la Hispania de Roma? ¿Conquistó Roma a ‘españoles’ que ya tenían sus peculiaridades y que deseaban mantener sus comunidades? Nada de todo eso. Pero sí se aprecia una característica: "Los hispanos siempre han sido plurales y eso supone una gran riqueza y debe preservarse", asegura Carlos Goñi (Pamplona, 1963), filósofo y escritor, autor de Hispanos (Arpa).
Goñi ha realizado un trabajo encomiable, al buscar el alma ‘hispana’ a través de romanos ilustres, que llegaron, incluso, a ser emperadores y que surgieron del actual territorio, de lo que hoy es España. Doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona, Goñi reflexiona con Letra Global sobre aquella Hispania romana. “Somos hispanos en la medida en que seguimos siendo romanos. Es nuestra forma de ser romanos”, señala. Es decir, seguimos siendo romanos, con características propias, y compartimos con otros pueblos europeos una misma civilización. Y, precisamente, esa característica es la “enorme pluralidad, la de entonces y la actual, algo que debería ponerse en valor, y no lamentar”, mantiene Goñi, pensando en los desencuentros que se producen ahora entre autonomías, ya sea sobre fiscalidad o sobre la organización de unos Juegos Olímpicos de invierno.
Con esa permanente pregunta sobre lo qué es España, la unidad de un país siempre cuestionada, Goñi elige el camino por elevación. “Somos romanos”. Pero unos romanos peculiares, porque a Roma le costó dos siglos conquistar lo que luego llamaría Hispania. Un nombre que tiene un origen: “Hispania fe el nombre que eligieron los fenicios para toda la península ibérica y los griegos acabaron llamándola Iberia porque encontraron similitudes con una región al sur del Cáucaso, que es la actual Georgia, donde está el río Iber. Era una región con muchos recursos minerales y decidieron llamarla igual”.
Pero la conquista fue sobre las “Hispanias”, con pueblos muy diferentes en cada rincón de la península. La conquista llevó, sin embargo, a esos hispanos a ser “más romanos que Roma”, algo que también es una característica que se prolongó en el tiempo. Cuando un hispano toma una decisión o un camino lo hace convencido y hará proselitismo.
Estoicos, pero no demasiado
Los elegidos son muy plurales, y no podía ser de otra manera. Desde los emperadores Trajano o Adriano, los más admirados a lo largo de la historia, hasta Séneca, Gala Placidia –la emperatriz que negoció con los hunos—hasta los poetas Lucano y Marcial, o Quintiliano, conocido como el maestro de los maestros.
Con Séneca, Goñi percibe una lección que también define al actual hispano. ¿Era Séneca un estoico de manual? “Era un estoico, pero a su manera, porque vivió muy bien y no fue severo, se tomó las cosas con cierto pragmatismo, algo que podría definir al hispano”. ¿En qué deriva esa tendencia? Goñi responde y la conversación toma unos vericuetos interesantes: “Puede que el hispano tuviera siempre en cuenta la necesidad de vivir, de aprovechar la vida, de no hacer las cosas al pie de la letra, por decirlo de alguna forma”. ¿Es el español ese romano estoico, pero no demasiado, que busca siempre un tiempo la diversión? Goñi se permite el salto en el tiempo: “Séneca escribió De brevitate vita, sobre la brevedad de la vida, con la idea de que hay que aprovecharla y no lamentarse continuamente. Y me parece que eso es una constante en Hispania, quejarse mucho. Pasaba entonces y ocurre ahora”.
Con un estado del bienestar siempre raquítico, aunque con enormes mejoras en los últimos decinos, Hispania puede decir que tuvo un gobernante preocupado por ello. Lo tuvo Roma, pero ese ‘hispano’ miró por su pueblo primigenio. Goñi destaca la figura de Trajano, “Un hombre culto, de los mejores, solo por debajo de Adriano, tal vez”. Trajano creó la institución Alimenta, “un preludio de las fundaciones en la actualidad”, con la que se ayudaba a alimentar y educar a niños pobres. Recibían un subsidio mensual no equitativo: “16 sestercios los hijos legítimos, 12 las hijas legítimas e hijos ilegítimos, y 10 las hijas ilegítimas”. ¿Cómo se hacía? “La forma de conseguir fondos consistía en prestar dinero y, en vez de cobrar intereses (5%), dedicarlos a la ayuda social, como un preludio de las fundaciones”.
¿Qué hizo en su ‘país’? En su reinado construyó el acueducto de Los Milagros para abastecer a Augusta Emerita (Mérida), el arco de Trajano en Lisboa, el acueducto de Segovia o el puente de Alcántara, y en la misma época se construyó el arco de Berà.
El humor de Trajano
Lo que señala Goñi es que "hay que conocer para reconocernos", y el estudio de esos personajes, de esos hispanos, lleva a analizarnos por dentro. Hay un poso, un pasado, unas luchas interiorizadas. "El divide y vencerás tan romano, es muy hispano", señala el autor de un libro que deja huella. Es la historia de Roma a través de unos romanos que surgieron de un determinado territorio y aportaron su particular visión de las cosas a lo que, entonces, era el centro del mundo conocido. La presencia de Grecia, en Hispania, fue mínima, como apuntó siempre Josep Pla, pero Goñi no olvida a los griegos. "Nos llega la filosofía griega a través de los romanos, que lo filtran todo y añaden su practicidad, su organización social y urbana".
Trajano ocupa uno de los espacios centrales. Pero el elegido por Goñi es "Adriano". Como Trajano, Adriano procedía de Itálica, la urbe romana que se encuentra en las afueras de lo que hoy es Santiponce, a nueve kilómetros de Sevilla. Culto, moderado, sensato, Goñi deja claro que no es baladí que Adriano haya sido el gran emperador más conocido, gracias a Marguerite Yourcenar, la autora de Memorias de Adriano. Lo que sí aparece en el libro de Goñi es una divertida anécdota del emperador, que el lector deberá descubrir y que muestra a un hombre con sentido del humor, divertido, y que podría ser el poso de esa forma de ver la vida que caracteriza a los sevillanos, si es que pensamos que existe un alma, un duende, algo que pervive a lo largo del tiempo. "Rascaos los unos a los otros", concluyó Adriano, como lo podría decir ahora un vecino de Santiponce.