Imagen de la serie ‘Smoke’

Imagen de la serie ‘Smoke’

Cine & Teatro

‘Smoke’: piromanía en serie

La propuesta engancha al espectador: un misterio psicológico centrado en la pareja protagonista y dos pirómanos, cuya identidad sale pronto a la luz

‘Ballard’: El legado de Harry Bosch

Publicada
Actualizada

La nueva serie de Apple TV Smoke permite, solo con los créditos, observar que hay una voluntad de qualité: suena una canción de Thom Yorke, líder del grupo Radiohead (así bautizado en homenaje al tema homónimo de los Talking Heads) y el creador de la propuesta es el escritor norteamericano Dennis Lehane, figura señera de la novela negra contemporánea del que tuve el placer hace un tiempo de traducir algunas novelas. A mí con eso ya me tienen atrapado. Por lo menos, durante el primer capítulo.

Smoke (Humo) elige un sector profesional bastante inédito en el mundo del thriller: los investigadores de incendios claramente provocados, lo que los anglosajones denominan arson. El protagonista, el inglés Taron Egerton (inolvidable Elton John en la biopic del cantante, pianista y compositor, Rocket Man) es un inspector de incendios chungos que aparenta ser una persona normal (aunque pronto veremos que no lo es, y hasta ahí puedo leer) cuyo principal problema consiste en enfrentarse al hijo adolescente de su novia, que no le tiene mucho aprecio y echa de menos a su padre.

¿Asesino ingenioso?

Para echarle una mano, le adjudican una compañera de trabajo, una inspectora de policía que ha caído en desgracia y que ha sido trasladada de Homicidios al control de fuegos provocados (Jurne Smollett).

Dos pirómanos tienen la ciudad patas arriba. Uno de ellos parece quemar casas con fundamento, por algún tipo de rencor que da la impresión de experimentar hacia sus habitantes. El otro se dedica incendiar supermercados, iniciando siempre el fuego por la sección de patatas fritas y demás aperitivos crujientes.

Escena de la serie 'Smoke'

Escena de la serie 'Smoke'

El primer episodio de Smoke transcurre de manera apacible y previsible. Llegas a la conclusión de que te han cambiado los serial killers por los serial arsonists y que has salido perdiendo con el trueque, ya que un pirómano se te antoja un criminal de segunda que no te va a proporcionar las alegrías inherentes a un asesino ingenioso.

Machismo en la Policía

Piensas, incluso, que el señor Lehane se ha pasado de listo al creer que los pirómanos podían sostener una miniserie policial. Pero al final del segundo capítulo hay un giro de guion que lo cambia absolutamente todo y empiezas a ver la propuesta como lo que es: un misterio psicológico centrado en la pareja protagonista y los dos pirómanos, cuya identidad sale pronto a la luz. Así pues, tras el segundo episodio, ya estás totalmente enganchado a Smoke, una serie que, afortunadamente, no es lo que parece de entrada.

El investigador de incendios y la poli castigada arrastran pesadas mochilas biográficas que van mostrando su contenido capítulo a capítulo. Cosa que también ocurre con los pirómanos, generándose un juego del gato y el ratón asaz estimulante. Todos tienen motivos, por retorcidos que sean, que los llevan a actuar como lo hacen. Puede que al principio tengas la impresión de que te están dando gato por liebre, pero basta con un poco de paciencia para llegar a esa revelación del segundo capítulo que lo cambia todo y lo hace mucho más interesante.

Aunque hay un cierto exceso de Me too en las desventuras del personaje de la poli, está perfectamente integrado en la trama y explica muchas cosas de cómo funciona el machismo en el cuerpo de policía y en el de bomberos. Taron Egerton está muy bien en el papel de cazador de pirómanos que aparenta ser un pilar de la sociedad y un defensor de la ley y el orden, y Jurne Smollett comunica espléndidamente lo que significa ser mujer y negra en ciertos ambientes laborales de la sociedad norteamericana.

En cuanto al creador de la serie, Dennis Lehane, que ya demostró un gran conocimiento de los seres atormentados en su novela Mystic River (llevada al cine por Clint Eastwood), le cabe el honor de haber creado un subgénero nuevo en el entretenimiento de misterio: el thriller de pirómanos. Que ustedes lo disfruten.