No es ‘true detective’, pero está muy bien

No es ‘true detective’, pero está muy bien

Cine & Teatro

No es ‘true detective’, pero está muy bien

La serie es distinta en su cuarta temporada, a cargo de la mexicana Issa López, y se trata de una muestra de cine fantástico de gran factura y eficacia

16 febrero, 2024 18:12

La cuarta temporada de True detective no es exactamente la cuarta temporada de la serie que se inventó Nic Pizzolato hace unos años y que funcionó de maravilla en su primera entrega y no tan bien en la segunda y en la tercera (que recibieron una andanada de improperios, en mi opinión inmerecidos, por parte de quienes había visto en la primera, con sobrados motivos, una obra maestra). Se ha conservado el título de la serie, pero esta supuesta cuarta temporada no tiene mucho que ver con las anteriores. ¿Significa eso que carece de interés o que no vale nada? En absoluto. Por los cinco episodios que llevo vistos, puedo decirles que engancha, exhibe un peculiar ritmo entre lo moroso y lo trepidante y te deja al final de cada capítulo con ganas de más. Lo que pasa es que del True detective original solo conserva el título y podría haberse lanzado como una serie completamente nueva.

Ello se debe a la sustitución de Nic Pizzolato por la mexicana Issa López (Ciudad de México, 1971) en cuanto elemento creador de la trama. López, responsable de varios largometrajes en su país natal (donde ganó el Premio Nacional de Novela en 2007), es una competente guionista y directora que ha heredado el título de una serie y ha fabricado otra completamente distinta. Sí, los protagonistas siguen siendo policías: ahí se acaban los parecidos con las tres temporadas anteriores. Pero resulta que la señor López heredó de su difunta madre el amor por Poe y Lovecraft y adora los relatos de horror trufados de elementos paranormales (completamente ausentes en la era Pizzolato), con lo que su True detective (ambientada en una Alaska infernal en plena estación oscura -no sale el sol, llueve y nieva constantemente, el clima deprime a cualquiera-, aunque en realidad se rodó en Islandia, como atestigua la cantidad de apellidos acabados en son y dottir que aparecen en los créditos finales de cada capítulo) mezcla una compleja intriga policial con elementos propios del cine de terror, que resultan, por cierto, altamente eficaces. Para entendernos, el mundo de Pizzolato no tiene nada que ver con el de López, sin que el de uno sea mejor que el de la otra. Conclusión: la serie de la señora López se llama True detective, pero poco tiene que ver con ella y posee la suficiente entidad propia como para haber sido lanzada como un producto totalmente nuevo (especialmente porque la segunda y tercera entregas de la serie original decepcionaron a la mayoría de quienes disfrutaron enormemente con la primera).

Imagen de la serie 'True detective'

Imagen de la serie 'True detective'

La acción de esta (presunta) cuarta entrega de True detective transcurre en un poblacho eternamente nevado y sometido a fuertes ventiscas que atiende por Ennis. Ahí tiene su sede la compañía Tsalal, que nadie sabe muy bien a qué se dedica, aunque parece guardar cierta relación con la mina que alimenta al pueblo y, al mismo tiempo, lo envenena emponzoñándole el agua y teniendo, tal vez, cierta responsabilidad en el crecimiento exponencial de bebés nacidos muertos durante los últimos años. Un buen día, todos los científicos de Tsalal desaparecen y son encontrados en la nieve, desnudos, hechos un gurruño y con expresiones faciales de absoluto horror e insuperable desesperación. Uno de ellos sigue vivo, aunque en un estado lamentable. Otro, el jefe de la misión, desaparece misteriosamente de un día para otro sin haber dado en ningún momento señales de vida. A tan peculiar situación deben enfrentarse la jefa de la policía local, Liz Danvers (Jodie Foster), mujer de mal carácter que acabó en Alaska como castigo disciplinario, y la state trooper (policía estatal) Evangeline Navarro (Kali Reis). Por motivos que iremos descubriendo, ambas se llevan a matar, pero se verán obligadas a unir fuerzas para resolver un misterio que escapa a la comprensión de cualquiera. Danvers carga con una hija adoptiva nativa, activista contra la mina, y Navarro, con una hermana que no está muy bien de la cabeza y a la que no puede perder de vista, aunque le queda algo de tiempo para mantener un extraño romance con un tipo del pueblo (Danvers, por su parte, se tira a todo lo que se menea, pero no parece sentir especial aprecio por nadie).

El ambiente es claustrofóbico y la intriga policiaca se mezcla hábilmente con el terror. En Ennis pasan cosas muy extrañas que se remontan a tiempos pasados y hay un caso de hace unos años que puede tener algo que ver con la extraña desaparición del grupo de científicos. De momento, solo podemos agarrarnos a una frase que suelta el jefe de Tsalal antes de que todo se vaya al carajo: “Ella ha despertado”. Evidentemente, a estas alturas, no sabemos quien es ella ni qué consecuencias pueden esperarse de su despertar, pero la frase marca claramente el tono de la serie y nos avisa de las sorpresas que vamos a ir encontrando a lo largo del camino.

Por lo que llevo visto, la cuarta temporada de True detective es excelente. Que no tenga nada que ver con las tres anteriores es un detalle menor, aunque no deba nada a Nic Pizzolato y sea, de hecho, una clarísima muestra de cine fantástico de autor a cargo de la muy brillante Issa López.