Imagen de la serie 'A murder at the end of the world' (Asesinato en el fin del mundo)

Imagen de la serie 'A murder at the end of the world' (Asesinato en el fin del mundo) DISNEY PLUS

Cine & Teatro

Diez negritos en Islandia

La serie 'Asesinato en el fin del mundo' plantea un misterio como los de Agatha Christie, pero con un tratamiento de choque futurista que atrapa e inquieta al espectador

15 diciembre, 2023 18:50

Inquietante serie de misterio en Disney Plus: A murder at the end of the world (Asesinato en el fin del mundo), ingeniosa puesta al día de ese tradicional enigma del crimen en una habitación cerrada que tan bien se le dio a la difunta Agatha Christie. De hecho, Asesinato en el fin del mundo puede considerarse una nueva versión del clásico de la señora Christie Diez negritos (recientemente rebautizada como Y al final no quedó ninguno por exigencias de la cultura woke), pero desde una perspectiva futurista y high tech que incluye las lógicas preocupaciones actuales por fenómenos de tan difícil control como el cambio climático o el desarrollo, posiblemente siniestro, de la inteligencia artificial (la influencia de Agatha Christie también ha podido detectarse en los últimos años en la serie de largometrajes de Rian Johnson Puñales por la espalda, más humorística y menos ominosa que Asesinato en el fin del mundo).

La serie ha sido creada por el cineasta Zal Batmanglij (un francés de origen iraní, criado en Washington, cuyo hermano pequeño, Rostam, es el líder del grupo de pop alternativo Vampire Weekend) y la actriz y guionista Brit Marling, con la que forma pareja artística desde 2011, cuando dirigió su primer largometraje, Sound of my voice, coescrito con Marling (ese mismo año, la señora Marling protagonizó y escribió la muy curiosa y sugerente Another earth, dirigida por Mike Cahill, con el que repetiría la experiencia en Origins, de 2109). En 2016, Batmanglij y Marling crearían para Netflix la serie The OA, que me perdí en su momento y que ahora pienso en recuperar tras haber disfrutado bastante de A murder at the end of the world. Brit Marling se mueve con suma habilidad en ambientes distópicos que anuncian futuros tan cercanos como peligrosos, en los que el misterio clásico, el de toda la vida, se mezcla eficazmente con las inquietudes humanas y sociológicas del momento.

Asesinato en el fin del mundo (siete episodios, de los que llevo vistos cinco) transcurre en mitad de ninguna parte o, para ser algo más concretos, en un rincón despoblado y siempre cubierto de nieve de Islandia. En ese enclave frecuentemente inaccesible a causa de los rigores del clima tiene su cuartel general Andy Ronson (Clive Owen), una especie de Elon Musk teóricamente preocupado por el futuro de la humanidad, pero que parece ocultar otras intenciones no tan encomiables. Nueve personas son invitadas a un retiro en lo que se supone que es un hotel, aunque la gran cantidad de plantas ocultas en el subsuelo lo hace parecer más bien un búnker, con la presunta iniciativa por parte del anfitrión de discutir temas de esos que a todos nos afectan. Entre los invitados hay un poco de todo: competidores del propio Ronson, hackers de probada eficacia, genios de la inteligencia artificial, una astronauta y hasta un antiguo mago de los ordenadores reciclado en artista conceptual cuyas ideas no pueden estar más en contra de las de su anfitrión (¿será por eso que es el primer negrito en morir?).

Imagen de la promoción de la serie 'A murder at the end of the world' (Asesinato en el fin del mundo)

Imagen de la promoción de la serie 'A murder at the end of the world' (Asesinato en el fin del mundo) DISNEY PLUS

La principal protagonista de la historia, Darby Hart (Emma Corrin, la princesa Diana de la cuarta temporada de The Crown), no entiende muy bien por qué ha sido invitada a la mansión Ronson. Hija de un forense, se ha dedicado a investigar por su cuenta asesinatos no resueltos de mujeres, sola o a medias con Bill (Harris Dickinson), el hacker convertido en el artista conceptual apodado Fangs, que la plantó años atrás al final de un caso particularmente agotador física y mentalmente. Darby no tarda mucho en darse cuenta de que ha sido atraída a una trampa muy peligrosa: sus compañeros de aventura empiezan a caer como moscas y todo parece indicar que ella puede ser la siguiente de la lista. Con la complicidad de la mujer de Andy, Lee (Brit Marling), intentará averiguar qué pretende el magnate tecnológico y quién está detrás de los sofisticados asesinatos que se van produciendo en el edificio.

Digno entretenimiento

Estamos, pues, ante un misterio tradicional a lo Diez negritos al que se le ha aplicado un tratamiento de choque futurista que funciona estupendamente, creando en el espectador una confortable sensación de inquietud que se incrementa episodio a episodio. De momento, aún no sabemos qué pretende el extraño señor Ronson con su experimento humano, aunque todo parece girar en torno al futuro de su hijo de cinco años y el mundo que se va a encontrar cuando sea adulto. Nos ha quedado claro que no es exactamente el benefactor de la humanidad que aparenta ser, pero, tras cinco episodios, uno sigue sin saber exactamente qué pretende y qué pinta la pobre Darby en todo esto.

Atrapados en un edificio rodeado de nieve al que la policía islandesa no puede llegar ni en coche ni en helicóptero, unos presuntos masters of the universe, que diría Tom Wolfe, se han convertido en los conejillos de indias de uno de esos personajes que han marcado indeleblemente los inicios del siglo XXI. No sabemos a donde nos lleva exactamente Asesinato en el fin del mundo, pero el trayecto, de momento, resulta entretenido, inquietante y cargado de sorpresas. Puestos a actualizar a Agatha Christie (y a mejorar sus habituales personajes de cartón piedra), esta serie lo hace con talento y capacidad de enganche, constituyendo algo más que un dignísimo entretenimiento y confirmando a Brit Marling como alguien a tener en cuenta en un subgénero que podríamos describir como thriller humanista capaz de partir de lo de siempre para llevarnos a algún sitio nuevo.