El último caso de Louise Bergstein
La serie danesa 'Oscuridad' logra un difícil equilibrio entre la intriga policial y lo que Graham Greene denominaba como 'el factor humano'
3 noviembre, 2023 19:54Lamentablemente para los (¿escasos?) seguidores de las andanzas televisivas de la psicóloga y profiler que colabora con la policía Louise Bergstein, éstas han llegado a su fin. Filmin acaba de colgar la tercera y última temporada de lo que aquí se ha titulado, en inglés, Darkness (Oscuridad) y que, en su país, Dinamarca, atiende por Den som draeber (Los que matan, según he descubierto tras una rápida búsqueda en Internet, como la serie homónima del 2011 de la que ésta constituye una peculiar secuela). Como las dos anteriores, esta tercera aventura de la doctora Bergstein es excelente, pero te deja con ganas de más, pues el personaje central tenía aún mucha vida por delante.
Creada por Ina Bruhn, una presencia habitual en la televisión danesa, Darkness encuentra el equilibrio perfecto entre la intriga policial y lo que Graham Greene llamaba El factor humano, una cualidad que se da con frecuencia en el Nordic Noir (recordemos las espléndidas The killing o El puente) y que aleja el género de sus extremos (Agatha Christie con su admirable carpintería y sus personajes de cartón piedra y Henning Mankel con sus ladrillos presuntamente humanistas que olvidan constantemente su condición de thrillers). En Darkness, la trama sigue las reglas del género mientras nos ofrece el retrato de unos seres humanos perfectamente creíbles cuya vida privada nos interesa. Especialmente la de su protagonista, interpretada por Natalie Madueño, danesa de origen español con una cara de andaluza que tira felizmente de espaldas.
La tercera temporada de Darkness nos presenta de nuevo a la atormentada doctora Bergstein (infancia difícil con un padre médico que encontraba perfectamente compatible salvar vidas ajenas con amargar las de su mujer y su hija) colaborando con la policía danesa en un caso presumiblemente sórdido: una mujer de mediana edad ha sido asesinada junto a un amante ocasional y las sospechas recaen sobre su hijo Bjorn, al que dejó tirado en una comuna años atrás junto a su hermana menor, tras decirles a ambos que ellos habían sido los dos mayores errores de su existencia. De entrada, no se busca la empatía con la víctima, que nos cae mal de inmediato y sin conocerla, pero la justicia debe prevalecer y la policía, ya se sabe, está obligada a investigar todos los asesinatos, incluidos los de personas despreciables.
Instalada en la melancolía
La búsqueda de Bjorn, que seguía en la comuna, pero ha desaparecido, conduce hasta su hermana, que también sufrió las consecuencias del abandono materno (depresión, autolesiones…) y que está embarazada de un francés que no quiere saber nada del futuro bebé. Pronto intuimos que la explicación del enigma está en la comuna de marras, controlada por un sujeto llamado Jon cuya bondad nos tememos que sea tan solo aparente. Y hasta ahí puedo leer sin incurrir en el siempre reprobable spoiler.
Dividida en dos partes, con una elipsis de tres años por en medio, la última temporada de Darkness enfrenta a la doctora Bergstein con el que tal vez sea su caso más complicado y, de nuevo, consigo misma, gracias a la reaparición de ese progenitor que lleva toda la vida pasando de ella y que ahora se materializa con la apariencia de querer arreglar las cosas aprovechando que se jubila (una apariencia voluntaria o involuntariamente engañosa). Louise no tiene suerte con los hombres. Sus relaciones son breves, tirando a inexistentes: el miserable de papá la dejó marcada en su relación con el sexo opuesto, problema que ella afronta volcándose en su trabajo como psicóloga, ese oficio que sirve para intentar entender a los demás, aunque nunca te hayas entendido muy bien ni a ti misma ni a quienes te trajeron al mundo. Junto a la inspectora Saga Noren, de El puente, eficaz investigadora aquejada del síndrome de Asperger, la doctora Bergstein es, probablemente, el mejor personaje femenino del thriller nórdico audiovisual, y la interpretación de la señora Madueño es tan eficaz como conmovedora (por cierto, le gustaría trabajar en español, pero no ha recibido ni una oferta al respecto, como si aquí nos sobraran las actrices de su talento).
A quien nunca se haya asomado a Darkness le aconsejo que lo haga desde el principio (yo no descarto volverme a tragar las dos primeras temporadas), pues las tres entregas son igual de buenas y, además, se puede asistir a la evolución de su protagonista, aunque esté siempre instalada en la melancolía y encuentre descorazonador, por propia experiencia, ver el daño que los seres humanos podemos hacernos unos a otros.
La voy a echar mucho de menos.