Muerte de un Garriri
Carlos Pastor, conocido como Sefer, se dedicó al sector audiovisual con una suerte descriptible e inspiró a su amigo el dibujante Javier Mariscal
5 julio, 2022 18:44No solo en el mundo del cine hay grandes secundarios. El underground barcelonés de finales de los 70 también aportó algunos francamente notables. Entre ellos, el recién fallecido Carlos Pastor (Valencia, 1949), conocido por el alias de Sefer (pronunciación incorrecta y desganada de su apellido en inglés, shepherd), que vivía medio retirado en la campiña catalana después de haberse dedicado durante años al audiovisual con largometrajes como Una piraña en el bidé (1996), A ras de suelo (2005) o Bestezuelas (2010), más algunos documentales, entre los que cabe destacar su aproximación a los chamanes peruanos, En el umbral de la conciencia (2013), y algunas tv movies. Se estrenó en el medio en 1982 con Makoki desencadenado, supuesto tráiler de una película que nunca llegó a rodarse por falta de financiación y en el que el actor de Els Joglars Arnau Vilardebó daba vida al personaje creado por Miguel Gallardo, Juanito Mediavilla y Felipe Borrayo: se presentó el proyecto a algunas televisiones, pero no picó ninguna. Lástima.
Reconozco que nunca tuve mucho trato con Sefer, pero el poco que disfruté fue muy satisfactorio: era, ante todo, un tipo particularmente simpático que parecía tomarse la vida con mucha calma y no poca retranca. Creo recordar que me lo presentó Javier Mariscal, no en vano eran amigos del alma y habían llegado juntos desde su Valencia natal. De hecho, según me contó el propio Mariscal, Sefer y él eran los seres humanos en los que se había basado el dibujante para crear a Fermín y Piker, más conocidos como Los Garriris (a día de hoy, sigo sin tener ni idea de lo que es un garriri, pero nunca ha sido necesario entender a Mariscal para apreciarle y disfrutar de su compañía). Según Xavi, cuando llegaron a Barcelona, se quedaron pasmados de lo grande que les parecía la ciudad en comparación con la suya. Plantados en plena calle Balmes, miraban hacia arriba y hacia abajo y tenían la impresión de que la arteria en cuestión no se acababa nunca. O así me lo contó Mariscal.
Las mismas aficiones
Si a Xavi le dio por el dibujo y los comics, Sefer se inclinó por el audiovisual, aunque su carrera acabó transcurriendo un tanto a trancas y barrancas, cosa que, por otra parte, es habitual en el cine español (mírenme a mí, que rodé una película en 2004 y no he conseguido levantar ningún otro proyecto desde entonces). La verdad es que le perdí la pista hace un montón de años y que la noticia de su muerte me pilló por sorpresa, aunque el underground se está convirtiendo últimamente en una triste lista de bajas (aún está reciente el fallecimiento de Pau Riba, en cuya casa pasó Sefer una temporadita). Y ahora me da por recordar la época en que los señores Mariscal y Pastor iban juntos a todas partes y les pasaban cosas que muchas veces acababan en las páginas de un tebeo del Xavi.
Nunca supe quién de los dos era Fermín y quién Piker, pero si estos personajes de comic parecían a veces intercambiables y compartían las mismas aficiones (la playa, los canutos, la juerga, las aventurillas chocarreras, las chicas fransesas), a sus modelos, por lo menos vistos desde fuera, les pasaba un poco lo mismo. Ciertamente, no solo hay grandes secundarios en Holywood. En la Barcelona de la Transición tuvimos en el difunto Sefer a uno de los mejores.