Kiti Manver: “La justicia está en manos del dinero”
La actriz regresa a la pequeña pantalla antes de su incursión en 'Cuéntame' con un papel de "supervillana" en 'Express'
18 enero, 2022 00:00María Isabel Ana Mantecón Vernalte (Antequera, 1953) es una de las grandes actrices de este país. Más conocida como Kiti Manver, lleva años en el teatro, el cine y la televisión y no se detiene por mucho que quiera.
No quiere retirarse, pero confiesa que quiere aflojar el ritmo. Cuando estaba a punto de conseguirlo se metió por medio Express, una serie que este 16 de enero ha aterrizado en Starzplay. Su personaje, que califica de “supervillana”, le atrajo demasiado para decir que no.
Ingredientes combinados
En la nueva ficción española creada por Iván Escobar se presenta una España postapocalíptica donde los secuestros express amenazan la seguridad. Allí aparece Ortega, el personaje de Manver que quiere intervenir a su manera.
El miedo imperante, una justicia con defectos y la acción, junto con un reparto de lujo encabezado por Maggie Civantos, son la combinación perfecta para acabar de convencer a Kiti. Crónica Directo charla con ella para reflexionar sobre la ficción y la realidad española. Y no todo le gusta por igual.
--Pregunta: ¿Cómo llegó a Express y qué le atrajo del papel?
--Respuesta: Me llegó a través de mi agente. Estaba en una época en la que necesitaba parar un poco, porque ya sabes que este oficio es muy frenético, de pronto haces muchísimo trabajo y de repente no haces nada. Estaba algo saturada, le pregunté si había mucha intervención y me comentó que era un papel secundario, pero muy interesante. Lo leí y me pareció que tenía razón. Y como me gusta bastante hacer de villana (ríe), es bastante divertido, conocí a los realizadores y guionistas. Además, estaba Maggie Civantos, con quien había trabajado muy poquito, pero siempre me gustó mucho como actriz.
--La llama supervillana, pero el espectador puede dudar si actúa para el bien o para el mal. ¿Cómo la definiría?
--Son de este tipo de personas que en su cabeza sólo piensan: “negocio, negocio, negocio”. Es una forma de ser que también hay en la vida real y se convierten en villanos porque, al pensar sólo en el negocio, no piensan en las consecuencias que puede tener. Ortega es manipuladora con tal de que el negocio salga bien. Cierto es que tiene una inflexión, pero es que el ser humano es malo y es bueno también. Está claro que los que hacen mal a algunos pueden hacer el bien a los que a ellos les importan porque el resto de la humanidad no suelen importarles. Me gusta trabajar esa manipulación y me gusta que el director me haya buscado una manera de trabajar el personaje que, creo que desde Todo por la pasta, no había tocado un papel tan introvertido.
--De hecho, sin ser la protagonista, cuando aparece Ortega el personaje controla la escena.
--Enrique Urbizu me decía “sólo viendo tus ojos quiero ver lo que piensa el personaje”. Y yo pensaba: “¿eso cómo se hace?” (ríe). Y este personaje está también en la línea del menos es más. No se lo das todo masticado al espectador, él tiene que pensar y elucubrar lo que piensa esa mujer.
--Ortega es una mujer parca en palabras, vamos.
--Es que está pensando en cómo manipular y aprovechar el miedo. En ese sentido, es muy actual, cómo la gente poderosa está utilizando el miedo para sacar ellos el beneficio del negocio. El miedo a que te saquen el trabajo, por ejemplo. Además, siempre es el de al lado o el que está un poco más abajo que tú. Te hacen creer que eres un poco más que alguien y es mentira, nadie es más, sólo ellos que son los que lo tiene todo y saben muy bien cómo manipular a esa gente. Y la señora Ortega lo tiene.
--De hecho, todo sucede en un marco temporal postpandémico. ¿Teme que pueda ser así y no salgamos mejores como se dijo en su día?
--Han salido mejores los que eran muy buenos y más hijos de puta los que eran muy malos. Los que se han enriquecido a costa de esto son los de siempre, los que ya tenían el poder y ahora tienen más poder. El ser humano parece que no aprende.
--Hay también una crítica a la justicia. ¿Usted es de las que piensa que funciona o de los que no, como la señora Ortega?
--No las podemos mezclar (ríe). Yo pienso que el sistema judicial en todo el mundo está comprado. No todo el mundo, claro, siempre hay esperanza y muchísima gente en todos los ámbitos dispuesta a hacer el bien por los demás, esto es lo maravilloso del ser humano y lo que te hace seguir viviendo. Pero está claro, sólo hay que ver las noticias. La justicia está en manos del dinero. No puede ser que dejen salir a la calle a los que roban mucho dinero y, quien ha robado un jamón o tiene una pelea, está en la cárcel. ¡Es una locura! Y esto es porque se puede comprar. Pero si lees los clásicos esto ya pasaba desde hacía siglos, lo que pasa que ahora ya es escandaloso, ya ni disimulan. Porque pueden con todo porque tienen perras. Es un asco, pero es así.
--Antes, al hablar de su profesión hablaba de las rachas que uno tiene. ¿Diría que está en una buena?
--Esta feo que lo diga, pero sí, para mí excesiva, porque por mi edad y mis capacidades, que van mermando aunque soy una persona muy activa (sonríe), tenía la intención de calmarme un poco, pausar los trabajos un poco. Nuestro trabajo, además, no sólo es interpretar y prepararse el personaje sino luego la promoción también. Noto que mi cuerpo y mi ser me pide hacerlo de forma más pausada. Yo no me veo como esas actrices impresionantes, como Concha Velasco o Lola Herrera, que son unas jabatas. Yo me considero una actriz apasionada por su profesión, pero no una superheroína de la interpretación.
--Bueno, pero Kiti Manver es un gran nombre dentro del panorama artístico español.
--Muchas gracias. La verdad es que he seguido los papeles que he hecho, por muy pequeños que sean los he jugado con la sensación de que era importantísimo lo que hacía. Por muy secundario que sea el personaje uno no debe bajar las alertas y hacerlo con menos energía y pasión que un protagonista, porque todas las historias tienen que funcionar. Además, los he hecho con muchísimo cariño. Luego, en giras de teatro he ido por la calle y me han gritado frases que decía alguno de estos personajes pequeños que he hecho. Y la prueba es que los directores me siguen llamando y yo acepto los papeles encantada.
--Y luego hablaba de los momentos de parón. ¿Ha tenido muchos? ¿Cómo los ha vivido? ¿Es tan angustiante como dicen?
--Sí, pero a los 25 años tuve la suerte de tener gente a mi alrededor que, con sus enseñanzas, me empujó a producir teatro y reaprendí el oficio también produciendo: llevando la furgoneta, montando, desmontando… Eso me dio un conocimiento mucho más profundo y real de lo que cuesta las cosas de verdad, te haces más cargo del otro. Eso me ha beneficiado mucho porque no ganaba un puñetero duro, pero sí estaba trabajando todo el día. Los baches los he olvidado, pero te ayudan a crecer.
--Por mucho que quiera parar, ¿tiene proyectos ya?
--Sí, me han dado un personaje en Cuéntame, tengo una película en mayo, una obra de teatro por ahí… hay cosillas.