Penélope Cruz: “Es imposible no entender la voluntad de querer dar sepultura digna a un familiar”
La actriz coprotagoniza con Milena Smit 'Madres paralelas', la última película de Pedro Almodóvar
10 octubre, 2021 00:00Penélope Cruz (Alcobendas, Madrid, 1974) se ha convertido con Madres paralelas en la actriz española más reconocida del panorama internacional, tras conseguir la Copa Volpi en Venecia. Atesora además tres premios Goya, un David de Donatello, la Palma de Cannes a mejor actriz, un Bafta y un Óscar en la misma categoría. Solo se le resisten los Golden Globes.
La última película de Pedro Almodóvar la ha llevado a alzarse, en efecto, con la Copa Volpi del festival de Venecia y es que lleva a su personaje, Janis, a unos niveles de sinceridad pocas veces vistos.
Contenida
No ha sido fácil. Tal vez porque es la película más contenida del realizador. No hay muchos toques de humor, no hay una explosión dramática, todo es muy contenido, y el trabajo ha sido muy distinto para ella. “Hace un daño que te lleva a un lugar hipnótico, difícil a veces. Luego tiene las descargas en los momentos justos, cuando los tiene que tener”, a su modo de ver, según explica para Crónica Directo.
“Ha sido uno de los personajes más complicados y a la vez de los que más satisfacciones me ha dado. Llegaba al rodaje con una mezcla de miedo y con ganas”, admite. “No miedo a él”, matiza.
Entregada a Pedro
La intérprete señala que, pese a las conocidas peleas y malentendidos que ha tenido Almodóvar con algunos de sus actrices y actores, ella ha vivido algo muy distinto. “No me ha tratado mal nunca, me ha dado siempre la mano exigiéndome mucho, pero eso es lo que le pedimos las actrices”, asevera.
“No quería defraudarle, quería dar el 100%”, señala. No le ha sido difícil, “el hecho de que estuviera muy bien escrito facilita las cosas”. “Lo hemos disfrutado mucho aunque todavía nos cuesta recuperarnos”, bromea, por la tensión emocional que viven los personajes.
Química entre actrices
Ella y Milena Smit (Elche, 1996) admiten que han “llorado mucho”. Y lo han hecho juntas. Han tenido una complicidad enorme que aún se hace evidente. Se abrazan, se dan de la mano. Las emociones siguen a flor de piel, tal como este medio ha podido comprobar durante la entrevista.
La química de ambas traspasa la pantalla en la película y eso que sus carreras son muy dispares. Para la alicantina, Madres paralelas es su segunda película, mientras que para Cruz es la séptima colaboración solo con Almodóvar. Las dos han aprendido mucho en este rodaje.
Aprendizaje recíproco
Cruz reconoce que su compañera “tiene mucho talento”. “Es capaz de estar muy presente incluso en el trabajo, y es una herramienta muy indispensable en este trabajo. Nunca se desconecta en escena, está ahí contigo, mira al otro y no se mira a sí misma”, indica. Con esto quiere decir que la joven no está en escena pensando si lo hace bien o no mientras el otro dice el texto, sino que vive el momento. El secreto del éxito, en su opinión. “La atención está en el otro, no en ti”, destaca.
Por su parte, Smit ha aprovechado esta oportunidad para ser una esponja del talento de sus compañeros: “A nivel interpretativo he puesto mis cinco sentidos para intentar aprender de una persona a la que he admirado toda mi vida”. Ante la imagen que se tiene de grandes estrellas recuerda que los actores son personas “y lo más importante es tener valores correctos y estar a gusto con la persona en la que te estás convirtiendo”. “Yo estoy en eso ahora y he de encontrarme con gente que me ayude a conseguirlo”; cree que su compañera es de este tipo de personas. “De Penélope he aprendido un montón de cosas, pero, sobre todo, a ser mejor persona. Hace falta más gente como ella en el mundo”, asevera.
Personajes imperfectos
Más allá de los aprendizajes en la actuación, la cinta se sumerge en dramas muy intensos. Muy propios de Almodóvar. Por un lado, y fiel a su universo de mujeres, el cineasta aborda en esta cinta no tanto relaciones de amor, sino la maternidad. O maternidades. Y es que los personajes de la madrileña, de Smit y de Aitana Sánchez-Gijón presentan maneras distintas de afrontar esta etapa vital.
Cruz reconoce que “las situaciones que viven son muy extremas, muy difíciles”. Aun así, “Pedro tampoco busca etiquetas. Todo son madres imperfectas, ¿pero quién es perfecto?”, se pregunta ella misma. Tiene claro que, en el fondo, lo que busca el director “es contar la belleza dentro de estas imperfecciones”.
Sin juicios
El perfil de los personajes protagonistas es claro: “Janis y Ana lo dan todo por ser buenas madres dentro una situación muy difícil. En el caso del personaje de Aitana se muestra la valentía de esa mujer que se atreve a decir lo que siente cuando no es políticamente correcto y darle un lugar a eso. Incluso lo comparte con su propia hija”. En definitiva, “una vez más Pedro no juzga a sus personajes, te hace empatizar con todos ellos”, concluye.
En el caso de Cruz, ella ya ha pasado por la experiencia. No así Smit, quien reconoce que ha sido duro. “Yo no soy madre, pero gracias a lo bien escrito que está este personaje y a las conversaciones que he tenido con Penélope y Pedro acerca de la maternidad entendí qué puede suponer en una situación tan traumática”.
Carencias de afecto
Para ello, contó con el asesoramiento de una matrona: “Me contaba que es muy distinto de una niña o adolescente que de una adulta”, relata. “De repente, te das cuenta de lo traumático que puede ser y que no siempre cuando pasa estás feliz de la vida”, añade.
El personaje de Ana “siente un vacío, una carencia de afecto por parte de sus padres, tiene un sentimiento de abandono”. Por eso, “con el bebé no se siente sola nunca más”. No es lo único que hace cambiar a su personaje. La maternidad es “también un punto de inflexión porque Janis también viene a llenar ese vacío. Todo lo que hacen la una por la otra es un acto de amor y es imposible no empatizar con ello”, señala Cruz.
Política y memoria
La historia de ambas madres se entrelaza con el deseo de Janis de encontrar los restos de su abuelo, enterrado en una fosa común durante la Guerra Civil. Un tema candente en plena elaboración de la Ley de la Memoria Democrática y que en el filme coge tintes políticos cuando un personaje reprocha los recortes del gobierno de Mariano Rajoy a la búsqueda de los restos de los desaparecidos.
Son muchos los que piensan que es innecesario porque solo hace que reabrir heridas. De hecho, el personaje de Smit lo verbaliza y la actriz reconoce que antes de meterse en el proyecto compartía ciertas reflexiones con Ana.
"Necesidades básicas"
“Yo era una de esas personas como Ana que no tenían información sobre el tema de las fosas comunes como ahora”, lo reconoce sin temor y con cierta tristeza. Tras hablar con el equipo y documentarse subraya: “Hay generaciones como la mía que, sea por lo que sea, no han conseguido conocerlo. Por eso es muy interesante el mensaje que Pedro quiere trasladar con esta película”. Y critica la “injusticia” que supone que aún haya personas que no sepan dónde están enterrados los suyos
Cruz matiza que, por mucho que se pueda pensar, “Pedro toca este tema sin la voluntad de abrir un debate político. Janis lo explica de forma muy clara a Ana. Ella tiene solo una misión: dar a sus familiares una sepultura digna. Es imposible no entender eso, no darle un lugar. Creo que es una manera muy bonita de tratar el tema. Va más allá de ver en qué lado político está cada uno, va a las necesidades básicas y a la dignidad que merece cada uno”, sentencia.
Mirar al futuro
La joven actriz se ha concienciado sobre la causa tras la película y considera que la misma puede hacer reaccionar a personas que, como ella, no querían implicarse. “El recorrido que va a tener va a provocar que se hable de ello desde la importancia que tiene. Es una buena oportunidad de aprender y saber para nuestras generaciones”. A ella le ha servido: “Me ha hecho darme cuenta de cuánto tenemos que pelear y luchar como sociedad para construir un futuro mejor para nosotros y las generaciones venideras”.
Milena ve claro que saber dónde están los cuerpos de los familiares y conocer la historia es un factor claro para el país, pero también a nivel personal. “El saber, el conocimiento de las cosas es el poder más importante que tenemos porque, a partir de él, podemos tomar nuestras propias decisiones. Saber a nivel personal y moral lo que quieres defender con tus valores”.