Harrison Ford
El aventurero octogenario
Cuando se estrene la quinta entrega de las aventuras de Indiana Jones en 2022, su protagonista, Harrison Ford, habrá cumplido ochenta años, una edad más bien avanzada para ir por ahí con el látigo y la chupa de cuero deshaciendo entuertos. Pero antes habrá que concluir el rodaje, que lleva unas semanas parado porque el señor Ford se partió un brazo en una secuencia de acción desaconsejada para actores de una edad provecta. La verdad es que el hombre tiene cierta tendencia a los accidentes, ya sea en los rodajes --en el de un episodio de La guerra de las galaxias tuvo un encontronazo con la portezuela de una nave espacial del que también salió malparado-- o a los mandos de su propio avión (lleva más de un aterrizaje chungo que podría haberle acarreado malas consecuencias). En una de las pocas fotos del rodaje de la nueva aventura de Indiana Jones que se han filtrado, vemos a nuestro hombre con el atuendo oficial y una de esas expresiones faciales que pueden verbalizarse con frases como "¿Qué estoy haciendo aquí?" o "Lo que hay que hacer pa' comer". Y algunos de los que disfrutamos enormemente en los años 80 con En busca del arca perdida nos preguntamos si es necesaria esta quinta entrega de las andanzas de nuestro arqueólogo favorito o si no habría sido mejor optar por un reboot de la serie, es decir, buscar a otro actor más joven para el personaje. O, simplemente, dejarlo correr, posibilidad que en Hollywood no suele contemplarse mientras se pueda seguir sacando dinero de algo que ha funcionado maravillosamente en el pasado.
La actitud del señor Ford nos la podemos tomar de dos maneras diferentes. Por un lado, como no parece andar escaso de dinero, tenemos derecho a considerar que está abusando del personaje que lo consagró y que debería seguir el camino de James Bond, que va cambiando de actor cada equis años. Por otro, resulta hasta admirable que, a su edad, el hombre todavía se vea con ánimos para meterse en el pellejo, cada día más apergaminado, del arqueólogo aventurero (aunque vaya a necesitar para las escenas moviditas a un doble o, aún mejor, a un triple). Para hacerlo todo algo más verosímil, parece que la acción se ha trasladado a los años 60, época sin nazis y sin peligro amarillo, pero aún y así, no sé yo si, aparte de los que ya somos viejos, va a ir alguien al cine (si es que quedan cines el próximo verano) para disfrutar de las aventuras de un héroe octogenario. Y el primero en tener dudas al respecto parece ser el director de la saga, Steven Spielberg, que ejerce de productor en esta quinta entrega y le pasa la dirección a James Mangold.
Con Harrison Ford volviendo a interpretar a Indiana Jones me pasa lo mismo que con los conciertos de Dylan o los Stones, que no acabo de entender muy bien qué es lo que les mueve a seguir actuando en directo (sobre todo, en el caso de Dylan, que no le dirige la palabra al público y atraviesa sus actuaciones con una cara de aburrimiento que tira de espaldas). De Mick Jagger yo diría que se aburre en casa y que, puestos a elegir, prefiere diñarla en el escenario a medio cantar Satisfaction. De Harrison Ford no sé muy bien qué opinar. Por un lado, le agradezco que se vuelva a meter en la piel del héroe que me alegró la juventud; por otro, no sé qué hace un hombre de su edad y sus posibles estirando un chicle que dejó de tener buen sabor hace muchos años.