Imagen del arte de Dalí en la exposición de dibujos del artista en la sala Mayoral / MAYORAL

Imagen del arte de Dalí en la exposición de dibujos del artista en la sala Mayoral / MAYORAL

Artes

La contradicción crea vida

Dalí provoca sentimientos encontrados, pero su genialidad sigue presente como se puede apreciar en los dibujos que expone la galería Mayoral

1 octubre, 2022 21:00

Dibujos de Dalí en la galería Mayoral, en la calle Consejo de Ciento. He ido a verlos, son buenos, y están debidamente acreditados. De la pequeña colección, una veintena de dibujos, los que están a la venta cuestan entre 50.000 y 300.000 euros. Me hubiera llevado alguno, pero no me iba bien, no llevaba suelto. Me hubiera gustado quedarme concretamente con un pequeño y precioso dibujo preparatorio para la primera versión de la Madona de Port Lligat, y tenerlo colgado en el despacho, para exponerme a sus radiaciones libérrimas, sadomasoquistas, religiosas y ciencifistas.

Le tengo fidelidad y gratitud al recuerdo del artista paranoico-crítico, y también al de su amigo Antoni Pitxot, el único pintor al que aquel cedió un amplio espacio en su teatro-museo de Figueras. Ahora pienso que tuve oportunidad de frecuentarlos más a los dos, la dejé pasar y ahora es demasiado tarde, pues Dalí murió en el 1989 y Pitxot, en el 2015. La próxima vez que conozca a alguien interesante me pegaré a él (o a ella) como una lapa. Pero es que apenas sucede.

La verdad es que la crítica más exigente no tiene en mucha consideración a Dalí, no le perdona que fuese codicioso, reaccionario y kitsch. Pero para ser sólo un artista kitsch y pesetero la verdad es que no se le olvida, no se deja de hablar de él, generalmente para execrarlo. Claro que a él le encantaría, pues ya dijo –no sé si la frase es suya o de Wilde—: “Que hablen de mí, aunque sea bien”.

Imagen del artista catalán Salvador Dalí / ALLAN WARREN (WIKIMEDIA COMMONS)

Imagen del artista catalán Salvador Dalí / ALLAN WARREN (WIKIMEDIA COMMONS)

Estas semanas en la prensa se ha hablado de una carta de Dalí donde exponía a Breton su convicción de que, ya que los surrealistas se estaban convirtiendo en curas, lo mejor sería fundar una nueva religión, que obligadamente tendría naturaleza sadomasoquista, con restauración de la esclavitud para los negros y celebración de sacrificios humanos. Al pobre Breton, que tanto se había esforzado por escandalizar a la burguesía, le horrorizaban estas ocurrencias.

La necesidad de ser "ultralocal"

Y también estas semanas ha circulado una entrevista donde la “señora Rius”, la madame de un burdel muy historiado, infama a Dalí contando que le gustaba sodomizar y degollar a un pato para que las contracciones de la agonía le proporcionaran un orgasmo coooo-lo-saaaaal. A mí me parece inverosímil, pero, aún en el caso de que fuese verdad, ¿qué pasa?. Estoy a favor del artista, que se joda el pato.

Dibujos de Dalí expuestos en la galería Madrigal / MADRIGAL

Dibujos de Dalí expuestos en la galería Madrigal / MADRIGAL

La exposición en la Mayoral lleva por título Ultralocal/Ultraglobal, en referencia al aforismo daliniano que, para explicar la presencia constante en su pintura de motivos paisajísticos de la Costa Brava, o su gusto por lucir barretina y espardenyas, decía que “para ser universal hay que ser ultralocal”.

Para la ocasión, la comisaria Chus Martínez, que ya años atrás, cuando figuraba en la dirección de la Documenta de Kassel del 2012, presentó algunas obras de Dalí en un contexto inesperado –entre otras, el lienzo Construcción blanda con judías hervidas (1935; luego oportunistamente rebautizado como Premonición de la guerra civil) colgaba junto a la habitación vacía donde Ryan Gander “exponía” una corriente de aire y junto a las contribuciones más prospectivas de destacados científicos de la epigenética y de la teletransportación--, ha escrito un breve ensayo donde señala los perfiles más actuales y estimulantes del artista catalán.

Una gozada

Entre ellos, “su obsesión por la autogeneración, su insistencia en mantener una ambivalencia en la lectura y la interpretación de género y sexualidad, una identidad no binaria, su interés por comprender procesos de la vida desde el arte y en compañía de la ciencia, su interés por ahondar en la cultura vernácula y manifestarla en su obra y en su vida… El propio artista afirmaba que hay que provocar confusión sistemáticamente, ya que esto libera la creatividad: "Todo lo que es contradictorio crea vida". Y es esta ambivalencia la que nos cautiva, nos atrapa y nos sigue interesando enormemente también hoy.

Autorretrato de Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, Dalí / DALÍ

Autorretrato de Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, Dalí / DALÍ

Entre los dibujos expuestos destaca, a la entrada de la galería, uno de los que realizó en 1945 para el cortometraje de Walt Disney Destino (proyecto que no llegaría a filmarse hasta el año 2002) donde se plasman algunas ideas para crear efectos oníricos mediante fundidos, transiciones y sinopsis visuales.

Hay además dibujos de combates entre las míticas amazonas, y paisajes antropomórficos, y figuras femeninas florales, y bocetos para cuadros luego ultrafamosos, y una vitrina central que alberga algunos artilugios curiosos, como un estuche metálico multiusos (lápiz de labios, espejo y pastillero) en forma de pájaro, encargado por una empresa de la cosmética; o la corona de metálico laurel que a Dalí le gustaba ceñirse para las fotografías…

Todo esto, y en concreto esta exposición, claro es que no hará que algunos sigan observando al pintor de Port Lligat con el ceño fruncido. Para otros, en cambio, es una ocasión excepcional. Una gozada.