Josep Martínez Vila,  consejero delegado de SABA, en la sede de la empresa de Barcelona / LENA PRIETO (CG)

Josep Martínez Vila, consejero delegado de SABA, en la sede de la empresa de Barcelona / LENA PRIETO (CG)

Artes

Josep Martínez Vila: "La política y la demagogia han entrado en acción con la movilidad"

El consejero delegado de Saba reivindica los aparcamientos como un instrumento para liberar espacio público y reducir las emisiones

16 enero, 2022 00:00

El Covid-19 también ha impulsado un cambio de paradigma en los aparcamientos. Saba afronta esta coyuntura con el reto de consolidar la transformación de sus activos en hubs de servicios para la movilidad personal y logística. El consejero delegado de la compañía, Josep Martínez Vila, desgrana las nuevas oportunidades del sector y demanda una visión integradora por parte de la Administración que no deje fuera ninguna alternativa de movilidad, incluidos los aparcamientos.

--Pregunta: El sector del aparcamiento está viviendo un cambio de paradigma. ¿Cuáles son los retos de la industria en 2022?

--Respuesta: Estamos ante un nuevo ecosistema en el que identificamos cambios en los hábitos de los ciudadanos. El desarrollo de las nuevas tecnologías ha favorecido nuevos medios de transporte como la movilidad micropersonal de los patinetes, la expansión del carsharing o la intermodalidad. En segundo lugar está la movilidad de las mercancías aumentada por el crecimiento del e-commerce. Seguramente este es el principal problema que hoy tienen las ciudades. En estos momentos, el 40% de las emisiones en Barcelona y Madrid derivan de las furgonetas que hay en el centro de la ciudad, tanto de forma directa como indirecta por la congestión que provocan. Un tercer elemento sería la sostenibilidad como elemento estratégico, tal y como se han orientado los fondos Next Generation, que deben favorecer la descarbonización de los vehículos y la electrificación de las flotas. Y hay otro tema importante: la pandemia ha inducido una demanda de mayor dedicación del espacio público a los ciudadanos.

--En este contexto, ¿cómo sobreviven los aparcamientos que habíamos entendido hasta ahora como guardacoches?

--Con un cambio importante en la conceptuación del aparcamiento como un gran hub de servicios de movilidad para las personas y las mercancías. Desde el mundo de los aparcamientos hemos de dar esta respuesta, acompañada del proceso de transformación digital que nos permita ofrecer el servicio de una manera fácil y sin barreras. En esta nueva situación, el aparcamiento debe facilitar el hecho de poder esconder los coches para que no molesten y se libere espacio en la superficie a disposición de la ciudadanía y de la movilidad. Al estar en nueve países, 182 ciudades y tener más de 1.200 aparcamientos con más de 300.000 plazas, vemos lo que está pasando en distintos países y cuáles son las nuevas experiencias.

--¿Pero cómo sobrevive la industria en ciudades donde cada vez se restringe más la movilidad del vehículo privado?

--Hace años la movilidad pasaba desapercibida, pero cada vez es más relevante. Tenemos el hándicap de que la política y la demagogia han entrado en acción con la movilidad. Una de las premisas básicas sobre las que deberíamos estar de acuerdo es que hay que garantizar la movilidad esencial a cualquier destino. Debemos tener en cuenta que hay ciudadanos con limitaciones físicas y, en el caso de Barcelona, más del 20% de la población tiene más de 65 años. Esto a veces se olvida. También debemos tener una visión metropolitana: cada día laborable entran en Barcelona unos 500.000 coches. Las ciudades tienen que ofrecer un abanico de todas las soluciones de movilidad, siempre en ámbitos de calidad e intermodalidad, incluso con el transporte público. Además, los ciudadanos no somos tribus y tenemos derecho a utilizar cualquier medio de transporte en cualquier momento en función del desplazamiento y del tiempo. No hay una tribu de los que van en coche, en bicicleta, en patinete... parece que nos han puesto en controversia. Una vez hechas estas premisas, diría que la restricción no es la solución e incluso puede ser contraproducente. De hecho, hay ejemplos específicos de que se toman medidas con buena fe, pero lo único que provocan en el corto plazo es más agitación y contaminación.

Josep Martínez Vila,  Consejero delegado de SABA, opina para Crónica Global / LENA PRIETO (CG)

Josep Martínez Vila, Consejero delegado de SABA, opina para Crónica Global / LENA PRIETO (CG)

--¿Qué soluciones propone?

--Hay que trabajar para que la movilidad sea eficiente. En primer lugar, habría que revisar las medidas de urbanismo táctico para ver in situ qué están aportando realmente. Por ejemplo, los giros laterales en Gran Via y Diagonal. Teóricamente, su fundamento es evitar que el lateral de Diagonal y Gran Via sea una vía de paso. Pero hoy en día hay elementos de tecnología que te permiten evitarlos. Asimismo, hay algunos tramos específicos de carril bici o carril bus que realmente son una máquina de generar congestión y agitación y, por tanto, más emisiones. Hace falta mayor disciplina viaria de todos los ciudadanos, aquí deberíamos ser muy estrictos. Al haber recortado la capacidad de algunas calles, se hace necesario que esas calles sean fluidas. Por otro lado, la tecnología debería posibilitar que los taxis y VTC tengan sitios de estacionamiento. Es absolutamente irracional que estén dando vueltas por la ciudad con la luz verde. Otra medida podría ser la gestión de la señalización semafórica, que no es mala pero se puede mejorar. Otro ámbito sería ir eliminando los coches en la superficie, siempre que haya capacidad subterránea, y la zona regulada de las calles debería irse suprimiendo. Hay que fomentar la cultura del desplazamiento, que nos preocupemos de ver cuál es la mejor opción. Como ciudadanos deberíamos tener acceso a una plataforma en que tuviéramos absolutamente todas las opciones de desplazamiento disponibles.

--¿Esto no lo hace Google?

--No hay ninguna plataforma en que estén todas: transporte público, carsharing, aparcamientos... así que de forma fácil e intuitiva se pudiera ver cuál es la mejor opción en términos de tiempo, coste y sostenibilidad.

Josep Martínez Vila, Consejero delegado de SABA, durante la entrevista con Crónica Global / LENA PRIETO (CG)

Josep Martínez Vila, Consejero delegado de SABA, durante la entrevista con Crónica Global / LENA PRIETO (CG)

--Las medidas que pone encima de la mesa pasan por un diálogo mucho más fluido entre el sector para llegar a soluciones comunes. ¿Se está dando este diálogo?

--Se requiere generosidad por parte de todos.

--¿La hay?

--De momento, no. Pero debería haberla. Hay iniciativas de refuerzo de nuestras propias aplicaciones, pero esto no sirve si no están todas las opciones, incluido el transporte público. ¿Lo vamos a tener algún día? Ya lo veremos pero, al final, va a llegar. El aparcamiento forma parte de la solución tanto de la movilidad de las personas como de las mercancías. Al ser invisible, nadie se acuerda de nosotros, pero es un elemento de soporte imprescindible por su localización estratégica.

--Este cambio de modelo hacia un hub de movilidad coincide con cierta crisis del modelo concesional. ¿Hay falta de entendimiento entre ambos elementos o están conviviendo bien?

--Diría que conviven bien. La mayor parte de nuestros aparcamientos del centro de la ciudad son aparcamientos de concesión. Nuestro punto de discrepancia es el impacto que el Covid ha tenido en nuestras actividades. No queda ninguna duda de que el Covid es un hecho de fuerza mayor e imprevisible. Pero una normativa como la que hubo el año pasado nos está jugando en contra. El Real Decreto 8/2020 tenía la voluntad de ayudar al sector y reequilibrar las concesiones, incluso se hablaba de la solución más óptima para nosotros que es el alargamiento de las concesiones,. Sin embargo, había una frase al final que nos acaba perjudicando: “Siempre que no haya posibilidad de prestar el servicio”. Nuestra actividad es un servicio público que fue declarada servicio esencial y que, por tanto, nosotros tuvimos que mantener desde el primer día de la pandemia. Hemos estado siempre operativos y abiertos. Desde mediados de marzo hasta mediados de mayo, nuestra actividad de rotación bajó a un 5%, es decir, perdimos un 95% de actividad.

--¿Han recuperado ya la normalidad precovid?

--No. Nuestra actividad depende de la actividad de todos los sectores económicos. A partir de junio y julio, las ciudades recuperaron bastante pulso, pero también tenemos una pequeña movilidad que depende del turismo, comercio y hostelería. Hasta que estos sectores no se recuperen...

Detalle de la mano de Josep Martínez Vila durante la entrevista / LENA PRIETO (CG)

Detalle de la mano de Josep Martínez Vila durante la entrevista / LENA PRIETO (CG)

--Imagino, además, que ómicron habrá frenado la recuperación.

--Desde la segunda quincena de noviembre nosotros empezamos a notar menos actividad en Alemania, Reino Unido... en el centro de Europa se avanzaron en esta sexta ola. En la primera quincena de diciembre todavía aguantamos por las compras navideñas, pero luego hemos notado una cierta bajada. En este momento hemos tramitado una petición de reequilibrio de concesiones, pero teniendo en cuenta esta normativa genérica seguramente en muchos ámbitos vamos a acabar en recursos contenciosos. Pero estamos convencidos de que en algún momento algún tribunal superior nos dará la razón de que realmente esto es un hecho de fuerza mayor, tal como la propia administración laboral ha reconocido con los ERTE.

--Parece que la concesión pública esté condenada a ir a los tribunales.

--Durante unos años vamos a gozar de los fondos europeos. Pero con una visión de futuro, teniendo en cuenta el déficit público y la deuda pública de España, al final no habrá más remedio que acudir a la inversión privada. Y para esto es necesario prestigiar la colaboración público-privada. Podemos hacer inventario de cuántas concesiones nuevas se han hecho en los últimos 10 o 15 años. La verdad es que se ha hecho muy poco.