Posverdades infográficas
¿Qué está pasando en …? Este podría ser el título de la portada de una bonita publicación que busca transmitir una total credibilidad por su bella e impoluta estética “instagramera”. Acto seguido, se nos deleitaría la vista con una secuencia de infografías dónde todo se da por bueno, debido a la cantidad de followers que uno tiene. Es el “tanto tienes, tanto vales” de nuestros días.
Probablemente, este haya sido el verano de las infografías. Las más sesgadas y a la vez más compartidas en redes sociales, con tal de saber qué está pasando en el globo terráqueo de manera tan resumida que, hasta una persona con doble carrera y máster puede dar por buenas informaciones sin ningún tipo de contraste. La juventud más preparada de la historia entregada a los encantos de la posverdad.
Ya no sorprende ver cómo parte de las infografías más compartidas --elaboradas por occidentales-- acaban derivando en una espiral fustigadora hacia la cultura occidental. Parece que todo lo estemos haciendo mal y que estamos en el lado incorrecto del progreso. Vivimos reprimidos por encima de nuestras posibilidades.
Tras la caída de Afganistán, la ministra de Igualdad, Irene Montero, consideró que era un buen momento para recordarle a la sociedad que las mujeres españolas viven también oprimidas. No deben ser las mejores palabras de bienvenida para las refugiadas afganas, que buscan salir del segundo país más peligroso del mundo para la mujer y esperan de nuestro territorio un paraíso libre de lapidaciones. Solo le hubiese faltado magnificarlo con una decorada publicación en redes sociales bajo el título: ¿Es la capital de España el nuevo Kabul?
Por suerte, en el mundo actual todavía hay maneras de combatir con datos a la brigada de la posverdad adornada. El informe Women Peace and Security Index 2020 elaborado por la Universidad de Georgetown, que estudia a nivel mundial el bienestar de la mujer, ha situado a España en el puesto número 15 de 167. En el marco de la UE, España sería el octavo país con mejores condiciones para nacer mujer. No debemos estar tan mal, pero a ojos de la ministra, ser hombre en este país empieza a ser motivo de disculpa. Además, Asher & Lyric, consultora especializada en proporcionar estudios para viajeros “solitarios”, ha referenciado a España como el mejor país del mundo para viajar en solitario siendo mujer y el octavo del mundo para viajeros LGTB, hecho del que National Geographic se hacía eco este mismo verano.
Debemos empezar a reflexionar sobre el daño que nos hace como sociedad el hecho de crear problemas dónde no los hay, y magnificarlos a golpe de redes sociales e influencers. Populismo y redes son el mejor aliado, ya que han dado paso --y voz-- a un ejército de charlatanes que intoxican y crecen a base de tensionar a la sociedad.
Convertir las anomalías en normalidad con el fin de remover conciencias, como lo es el hecho de poner en el mismo saco la opresión que sufren las mujeres en un régimen talibán versus el bienestar de las mujeres en un régimen de libertades, es uno de los mayores peligros para los pilares de la democracia occidental. A veces, el populismo se acaba combatiendo con más populismo, pero desde el prisma contrario, y las consecuencias no suelen ser buenas para nadie.