Siete edificios con mucha historia reconvertidos en museos famosos
Originariamente el edificio que alberga CaixaForum Barcelona fue una fábrica textil. Y no es el único en España que se ha convertido en museo.
20 noviembre, 2018 14:39Cuando una empresa crece suele suceder que se traslada a otra sede o cierra. En ocasiones el edificio donde se encontraban sus oficinas o fábrica se abandona. Un final que, muchas veces, supone no sólo el cese de la actividad laboral en la zona, sino también el declive de los barrios en los que se encuentran. Sin embargo, una forma de revitalizar estos espacios es convertirlos en museos, dotándolos de una nueva función que permite dar una segunda vida a estos edificios.
Por esta opción se han decantado varios centros de arte famosos, que han elegido como sede de sus museos edificios que antes habían ocupado fábricas de cervezas, centrales eléctricas o antiguos palacios. Musement recopila siete de los más conocidos que existen actualmente en el mundo.
Museo del Louvre (París, Francia)
Antes de que Luis XIV trasladara su corte a Versalles, el palacio del Louvre era el centro del poder en Francia. Desde el medievo, esta fortificación fue utilizada para distintos fines y fue creciendo a merced de ellos.
Museo del Louvre / PIXABAY
Poco a poco, el edificio fue evolucionando y ganando espacio. Tras la marcha del rey a Versalles se decidió convertir el edificio en museo, consagrándolo como una de las referencias más importantes del mundo gracias a obras como La Mona Lisa.
CaixaFórum Barcelona (Barcelona, España)
CaixaForum Barcelona se ubica, en Montjuïc, en la antigua fábrica Casaramona, una empresa dedicada a la confección de mantas y toallas. El edificio, construido en 1911, es reconocido como ejemplo del modernismo catalán y fue nombrado patrimonio cultural en 1976.
Tras una restauración en la que se respetó al máximo la arquitectura, materiales y colores originales, es desde 2002 un reconocido punto de encuentro de los aficionados a la cultura y al arte en la Ciudad Condal .
Tate Modern (Londres, Reinos Unido)
Tate Modern, el Museo Nacional de Arte Moderno de Londres, se ubica en la antigua central eléctrica de Bankside. Herzog & De Meuron, arquitectos encargados del proyecto, decidieron conservar gran parte del carácter original del edificio.
Durante la renovación, el equipo retiró la maquinaria y la estructura de acero y ladrillo original, la sala de turbinas se convirtió en la entrada y zona de exposición, y la sala de calderas se transformó en galerías.
Museo MACRO (Roma, Italia)
Peroni, marca de cerveza italiana, cerró este edificio en el que actualmente se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo de Roma en 1974. Tras ser adquirido por la ciudad de Roma, se utilizó para distintas funciones públicas.
Museo MACRO / MACRO
Finalmente, en 2002, se decidió ubicar en ella la sede de este museo en el que se recogen obras desde 1960 hasta la actualidad. La remodelación buscó el equilibrio, integrando la nueva estructura en el entorno y creando nuevos espacios de exposición.
Hangar Bicocca (Milán, Italia)
Hangar Bicocca, la nave industrial donde ahora se disfruta del mejor arte contemporáneo de Italia, fue antes un espacio destinado a la construcción de bobinas para los motores eléctricos de los trenes: la antigua fábrica Ansaldo.
En 2004 se inauguró este nuevo espacio en el que gracias a las grandes dimensiones de la nave, que mantiene su aspecto industrial, se pueden mostrar producciones de gran tamaño.
Museo del Hermitage (San Petersburgo, Rusia)
Antes de ser uno de los museos más famosos del mundo, el Hermitage fue la residencia oficial de los zares. En 1764, Catalina La Grande comenzó a decorar las instalaciones con cuadros de diferentes partes del mundo.
De esta forma se inicia una actividad de adquisición de obras de arte que, a pesar de que en 1904 el palacio deja de ser residencia imperial, continúa hasta nuestros días. De hecho, el museo ha ido acumulando obras de arte hasta superar los tres millones de piezas.
Museo de Orsay (París, Francia)
Una de las pinacotecas más famosas del mundo, el Museo de Orsay, se encuentra en el antiguo edificio de la estación ferroviaria de Orsay. El edificio fue diseñado por Victor Laloux con motivo de la Exposición Universal y, de 1900 a 1939, la estación fue cabeza de la línea suroeste de Francia.
Tras años sin actividad, en 1980 se decidió restaurarla para convertirla en la sede del museo, en cuyo interior alberga la mayor colección de obras impresionistas del mundo.