'Spanish Rock revisited'

Los valencianos César Campoy (1973) y Juan Puchades (1965) acaban de publicar un estupendo libro que echa la vista atrás, musicalmente hablando, hacia el rock fabricado en España durante las décadas de los 60 y los 70, y lo hace recurriendo a cien discos que a los autores se les antojan fundamentales. Los 100 mejores discos del rock español de los 60 y 70 lo publica la editorial del propio Puchades, Efe Eme, que es también la que reeditó hace poco mi primer libro, En la cresta de la nueva ola, aparecido originalmente en 1981, y que me publicará después del verano La edad de plástico, la serie de perfiles musicales que apareció por entregas en Letra Global. Lo digo por si alguien cree que me dedico a la práctica del nepotismo (o, aún peor, de la adulación) por motivos espurios. Los que así lo crean, tienen mi permiso, aunque no lo necesiten, para abandonar ipso facto la lectura de este texto.

A los demás, les recomiendo sinceramente la lectura de Los 100 mejores discos del rock español de los 60 y 70 porque es un catálogo personal de lo más interesante que se grabó en nuestro país durante esas dos décadas en el que encontrarán, junto a nombres conocidos o que, por lo menos, les suenan, a una (poca) gente de la que no habían oído hablar nunca (que es lo que me ha pasado a mí). El libro no está escrito a cuatro manos, que conste. Sus responsables se han repartido los cien discos y cada uno de ellos elogia los que más le gustan de manera tan sucinta como amena. A modo de prólogo, una breve referencia a los años 50 con solo un par de nombres: El Dúo Dinámico y Los Llopis (que eran cubanos, pero vivieron una temporada en España y, sobre todo, ofrecieron descacharrantes versiones en castellano de clásicos del rock que sonaban maravillosamente cantadas en nuestro idioma). Luego ya vienen las dos décadas seleccionadas, en las que el lector encontrará una pandilla variopinta de grupos y solistas que incluye a Miguel Ríos, Los Canarios (Efe Eme acaba de publicar también un libro de conversaciones con Teddy Bautista, por cierto, a cargo de Luis Lapuente: nueva oportunidad de dejarme colgado de la brocha para los que me consideren un sicofante despreciable), los Cheyenes, los Salvajes, los Sírex, Módulos (qué gran canción era Todo tiene su fin, ¿verdad?), Bruno Lomas, Picnic (siempre pensé que Cállate, niña era una obra maestra), Pau Riba, Sisa, Eduardo Bort, Máquina, Triana y mucha más gente, como los pioneros del pop instrumental Pekenikes y Relámpagos o algún que otro grupo cuya existencia desconocía (Los Sónor, sin ir más lejos).

Una historia prolija del rock

Puede que no estén todos los que son en Los 100 mejores discos del rock español de los 60 y 70, pero sí son todos los que están, dejando aparte las preferencias de cada lector, que hará bien en tomarse este libro como lo que es, un catálogo personal muy bien razonado en el que hasta la defensa de gente que uno siempre consideró insoportable se expresa de forma cabal y didáctica. Como todas las selecciones, evidentemente, ésta se topará con algún lector indignado porque no ha entrado en el Top 100 alguno de sus discos favoritos, pero las pretensiones del volumen no son exhaustivas y el equilibrio de los autores entre sus preferencias personales y el reconocimiento de una realidad objetiva resulta ejemplar.

Teddy Bautista, expresidente de la SGAE

Su estructura, a base de cápsulas, convierte Los 100 mejores discos del rock español de los 60 y 70 en una especie de diccionario cuyas entradas pueden leerse de un tirón o a pequeñas dosis (yo empecé por las dedicadas a gente que no me sonaba de nada, pues me picaba la curiosidad). Pese a su brevedad, cada perfil contiene la suficiente información para hacerse una idea bastante más que aproximada de lo que hizo y significó tal solista o tal grupo. Se podría haber optado por una historia prolija del rock español (a lo Jordi Sierra i Fabra en sus inicios, para entendernos), pero se ha optado por un hit parade personal, pero con fundamento.

Jaume Sisa en su casa / LENA PRIETO

Ah, y no es culpa mía si mi editor escribe libros que valen mucho la pena y, además, como es el caso de éste, se los dedica a un difunto amigo común, el gran Ángel Casas, cuya sombra, en cierta medida, sobrevuela Los 100 mejores discos del rock español de los 60 y 70. Lo mejor de la iniciativa es, en mi opinión, dejar constancia de que en la España franquista, donde todo estaba en contra del rock, hubo gente que se empeñó en practicarlo a su manera, con mayor o menor fortuna, pero con un entusiasmo que a veces les llevaba al éxito, al dinero y, en ocasiones, hasta a la excelencia musical. Entregarse al rock en la última dictadura de occidente requería cierto valor, aunque la mayoría de grupos y cantantes de la época hayan sido olvidados. En ese sentido, pocas cosas me han alegrado tanto como la inclusión de Bring a little lovin´, de Los Bravos, en la película de Quentin Tarantino Érase una vez en Hollywood: no sé a qué espera para darle nueva vida a los Smash de El garrotín.