No lo sabías: este es el castillo medieval de Tarragona que impidió que EuroDisney estuviera en Cataluña

Ya es una historia sabida. EuroDisney pudo estar en Cataluña. Tras el éxito de los parques temáticos de Estados Unidos, la compañía decidió dar el salto a Europa y España estaba muy bien situada.

Hasta ahora, tal y como apuntaba la revista Traveller, se sabía que contemplaron cuatro posibles áreas. La primera se ubicaba entre L’Ametlla de Mar y Vandellós, en Tarragona. La segunda abarcaba el tramo Cabanes-Oropesa-Torreblanca, en Castellón. La tercera consideraba los marjales de Pego, una localidad valenciana entre Gandía y Dénia. La cuarta opción contemplaba la localidad de Santa Pola (Alicante). Aunque, hubo una quinta candidata.

Si la Comunidad Valenciana tenía tres zonas entre sus candidatas, Cataluña sumó una segunda. Alberto Rey y Toni Villaró revelan en un documental que otro municipio de Tarragona fue candidato, pero un castillo se lo impidió.

Estos dos jóvenes, fanáticos de los parques, aseguran que Altafulla, a escasos kilómetros de Tarragona fue una firme candidata. Eran los años 80, PortAventura todavía ni se imaginaba.

Porqué no

Por esa época, Disney tenía dos principios claros a la hora de ubicar sus parques que tuvieran “proximidad con frontera territorial o que estuvieran a poco más de una hora de un núcleo poblacional grande”, revelan. Altafulla cumplía la última. Pero su castillo medieval les jugó en contra.

Es bien sabido que todos los parques de esta cada tienen como símbolo el castillo de la Bella Durmiente. “Es una de las cosas más simbólicas de Disney”, subrayan los expertos. Dos castillos en una misma ubicación no lo vieron posible. Eso y que, en los 80, España tampoco era tenía el atractivo turístico de ahora.

Paseo marítimo de Altafulla CANVA

La recompensa

Finalmente, Disney anunció a través de un comunicado su elección definitiva de construir el EuroDisney Resort en Francia, en lugar de Cataluña o el resto de lugares de España. Pero una década después, cerca de allí se construyó PortAventura.

No hay más que por bien no venga. Altafulla ahora absorbe parte de los turistas que van de visita al nuevo parque temático y, por otro, conserva su espectacular aspecto, a pesar de tener cerca de un mileno de vida.

Un castillo de defensa (y salvavidas)

Eran épocas de guerra. Se construyó en el año 1059, cuando el tramo final del río Gaià, cerca de Altafulla, constituía la frontera entre el condado de Barcelona y los territorios de Al-Ándalus. Durante cerca de dos siglos, esta franja fue una auténtica línea de defensa compuesta por castillos y fortificaciones, muchas de las cuales han perdurado hasta la actualidad, como es el caso de esta fortaleza.

Desde entonces, la fortificación ha sufrido pérdidas y mejoras, pero aún conserva vestigios de ese esplendor medieval e impone su silueta en el horizonte. Como buen elemento defensivo, el castillo se ubica en la parte más alta del municipio, junto a la iglesia parroquial de Sant Martí.

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Tras dos siglos resistiendo enfrentamientos, en el siglo XII se intensificó la ocupación y colonización de la zona, consolidando a Altafulla como núcleo feudal. Ya en el siglo XIV aparece como propiedad privada. Sus dueños fueron la familia Requesens. Y así, desde entonces.

Cómo es la fortaleza de Altafulla

Más allá de los datos históricos, el Castillo de Altafulla impone por su tamaño. Todavía hoy. Presenta una planta poligonal irregular, con cuerpos que sobresalen en las esquinas a modo de torres rematadas con merlones. En su interior se conserva un patio central, del que destaca una galería renacentista en la parte superior. 

Aunque su estructura ha experimentado numerosas modificaciones a lo largo del tiempo, especialmente en el siglo XVII, aún se siente su marcado carácter defensivo. De hecho, sus paredes, reformadas y con toques románicos, protegieron al pueblo de la llegada de millones de turistas ante la posibilidad de alojar EuroDisney.

Cómo llegar

Si uno quiere saber cómo es el pueblo que pudo alojar el parque de Disney o descubrir el castillo que podía hacer sombra al de la Bella Durmiente, es tan fácil como coger el coche en Tarragona y recorrer los 15 kilómetros que separan la ciudad imperial de Altafulla.

Se puede tomar la carretera N-340 en y enlazar con la T-214 hacia el pueblo, o bien utilizar la AP-7 tomando la salida hacia  Torredembarra/Altafulla. En menos de 20 minutos se llega. Desde Barcelona ya es una hora de camino por la misma autopista, pero en dirección sur.