
El hospital modernista de la Guerra convertido en lujoso albergue juvenil, Casa Marsans
El hospital de guerra de Barcelona convertido en lujoso albergue juvenil: parece la Alhambra
Este edificio con toques modernistas fue un palacio de una conocida familia burguesa catalana
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Cataluña tiene su Alhambra particular. No tiene un patio de los leones, pero sí se encuentra en la zona alta de la ciudad, en la zona de Vallcarca (Gràcia).
Muchos catalanes e incluso vecinos de Barcelona no saben de su existencia. un gran muro y un camino interior lo dejan alejado de cualquier zona transitable. Y, aun así, muchos turistas lo visitan.
Un palacio asociado a los viajes
Se trata de un antiguo palacio con toques modernistas y estética morisca de principios del siglo XX que, en los años 80, se convirtió en un albergue juvenil. Una pieza única declarada patrimonio europeo protegido.
El edificio en cuestión, además, recuerda a una conocida agencia de viajes. Se trata de la Casa Marsans y su historia está marcada por las transformaciones radicales del edificio y de la historia del siglo XX.
Encargo de la burguesía catalana
El palacio fue pensado como residencia habitual de la familia Marsans y, antes de convertirse en alojamiento de turistas jóvenes, llegó a ser un hospital. Un recorrido más que curioso para una casa de la burguesía barcelonesa.
El proyecto arrancó en 1906, cuandola influyente familia Marsans, fundadora de la Banca Marsans y, sí, de la conocida agencia de viajes, encargó una residencia al arquitecto Juli Marial. La vivienda iba a ser para la matriarca, Josepa Marsans i Peix.

Casa Marsans
Toque morisco, nombre catalán
Su creador quiso darle un toque particular al palacio. De entrada, puede parecer neoclásico, pero el modernismo era tendencia en la época y se colaron algunos elementos ornamentales propios de este estilo. Pero si por algo destaca es por su sofisticación de la arquitectura neoárabe.
Desde la calle en la que se encuentra, Mare de Déu de Montserrat, nada parece indicar que allí existe tal construcción. Sólo una majestuosa puerta de hierro forjado, que da paso a un sendero ascendente cubierto de plantas trepadoras, da alguna pista. Este camino culmina en una entrada ajardinada con vistas panorámicas de Barcelona
Cómo es la Casa Marsans
La fachada presenta una estructura horizontal con impostas que separan sus dos plantas, destacando el balcón del segundo piso con dinteles semicirculares y un portal vidriado de medio punto, que se convierte en el acceso principal al interior.
Uno de los elementos más llamativos es su tejado, cuyas tejas especiales reflejan los rayos solares, proporcionando un efecto resplandeciente.

Detalle de la Casa Marsans WIKIPEDIA
Al cruzar el umbral, el visitante es transportado a un ambiente de inspiración andalusí, donde los detalles modernistas conviven con la ornamentación neoárabe. La distribución de la casa gira en torno a un patio central, cuyo diseño recuerda al Patio de los Leones de la Alhambra de Granada.
El espacio está rodeado por un peristilo de columnas de mármol blanco que sostienen arcos lobulados, mientras que las paredes están decoradas con motivos geométricos de colores azul, rojo y dorado.
Toque oriental
En el friso superior, una cenefa caligrafiada con la inscripción "Alá es el más grande" refuerza la estética islámica del conjunto. La iluminación natural proviene de una claraboya plana y de los arcos polibulados de hierro del tambor, inundando el patio de luz y color.
Este tipo de ornamentación reflejaba la influencia del orientalismo, también en la arquitectura modernista catalana. Estos detalles también permitían a la burguesía barcelonesa exhibir su prosperidad a través de residencias de gran exotismo y riqueza decorativa.
De palacio a hospital y albergue
Lo curioso es que este palacio fue residencia familiar durante poco tiempo desde construcción. Durante la Guerra Civil (1936-1939), la Casa Marsans fue expropiada y utilizada como hospital de guerra.
Posteriormente, fue adaptada como cuartel militar y, tras la contienda, sirvió como residencia para huérfanos de la Segunda Guerra Mundial. Más tarde, el edificio pasó a ser administrado por servicios sociales y regentado por monjas, albergando el centro social de niñas El Pinar y, posteriormente, el Hogar Escolar Nuestra Señora de Montserrat.
Patrimonio europeo
Todo cambió con la llegada de la democracia y el acercamiento de España a Europa. En 1983, la Casa Marsans fue declarada Patrimonio Cultural Europeo, reconociendo su valor arquitectónico e histórico.
Este gesto vino acompañado de otro gesto por parte de la Generalitat. Ese mismo año, el gobierno de Cataluña adquirió la propiedad y la convirtió en el primer albergue juvenil de Barcelona.
Albergue para turistas
Esta es ahora la función de este palacio. Por un precio más que asequible, los jóvenes pueden disfrutar no sólo de un palacio, sino de una arquitectura única apenas conocida por los autóctonos.
El albergue Virgen de Montserrat ofrece a sus huéspedes la posibilidad de alojarse en un entorno que combina lujo, historia y un diseño que evoca el esplendor de la Alhambra. Unos lujos que, en su día, estuvieron al alcance de muy pocos.