En ruinas, en perfecto estado de conservación, con partes conservadas, completamente remodelado. Con más de 600 castillos repartidos por todo el territorio, Cataluña tiene una gran cantidad de fortalezas que bien merecen una visita.
Descubrir cuál es el más bonito está difícil, es algo subjetivo y muy personal. Los hay que son de Peralada, de Tamarit, de Cardona, opciones hay varias, pero en cuanto a antigüedad hay uno que, hasta nueva orden, destaca por su vejez.
Ruta del Císter
En lo más alto de la localidad de Montclar, en la comarca de Urgell (Lleida) se erige el imponente Castillo de Montclar, considerado el más antiguo de Cataluña. Al menos uno de los más antiguos de la región.
Ubicado justo en los límites de la ruta del Císter catalana, esta fortaleza destaca por su estratégica ubicación y por ser una muestra de la elegante arquitectura del renacimiento catalán. Es allí donde pueden surgir las dudas de si, entonces, se puede decir que es el más antiguo, pero hace falta indagar en su historia y composición.
El castillo de Montclar
El castillo presenta una planta baja de forma cuadrada, donde se encuentra la parte más antigua de la fortaleza: la torre del homenaje. Esta construcción se mantiene todavía en pie desde su origen, que data del siglo II.
En cualquier caso, a lo largo de la historia Montclar se ha ido remodelando y transformando. La evolución arquitectónica del castillo es visible en sus muros exteriores. Los primeros cuatro metros, construidos en el siglo XIII, contrastan con la parte superior, edificada en el siglo XV. Las sucesivas ampliaciones y remodelaciones continuaron hasta el siglo XVI, culminando con una reforma en 1635, según una inscripción sobre la puerta de entrada.
Cómo es
El interior del Castillo de Montclar es tan impresionante como su exterior. Sus amplias estancias incluyen una bodega que conserva las maderas originales utilizadas para la producción de vino, y una entrada decorada con diversas armaduras.
La gran escalera central conduce al piso noble, donde se encuentran la sala de música, una biblioteca y una terraza con un pozo, desde la cual se pueden disfrutar de espectaculares vistas del entorno.
Un poco de historia
A pesar de esa torre romana del siglo II, los primeros documentos que mencionan el Castillo de Montclar datan de finales del siglo X. Es allí que se hace referencia a la antigua torre romana.
Tras su consolidación en la Edad Media, se convirtió en un lugar estratégico. Durante la época de la reconquista, el señor de Montclar, quien luchó contra los musulmanes, fue su propietario. Con el tiempo, la fortaleza pasó a manos de los descendientes de Arnau Mir de Tost, luego a los Ribelles, y en el siglo XIII, a la casa de Ponts a través de un matrimonio.
Los marqueses de Palmerola también fueron dueños del castillo, hasta que finalmente llegó a la familia De Miguel. Más adelante, y como sucedía con muchos castillos medievales, Montclar se transformó en una residencia palaciega, rodeada de las viviendas de aquellos que trabajaban para los señores, formando así el núcleo del pueblo de Montclar.
Ya en el siglo XX, el castillo fue restaurado por última vez y declarado Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional, integrándose en el Patrimonio Histórico Español. Esta distinción lo reconoce tanto por su valor arquitectónico, ya que es un testimonio de la evolución arquitectónica durante siglos, como por su valor histórtico, ya que es un símbolo de la historia y la sociedad de la región.
Cómo llegar
Para llegar al Castillo de Montclar desde Barcelona en coche, se ha de estar preparado para unas 2,5 horas de viaje. Se debe tomar la autopista A-2 en dirección a Lleida. Después de aproximadamente 100 kilómetros, se toma la salida 504 hacia la carretera C-25, conocida como el Eix Transversal, en dirección a Manresa/Vic.
Se continúa por la C-25 durante unos 30 kilómetros hasta la salida 119 hacia la C-14 en dirección a Tàrrega. En Tàrrega, se sigue por la C-14 en dirección a Artesa de Segre, pasando por las localidades de Agramunt y Puigverd d'Agramunt. Desde Artesa de Segre, se toma la carretera LV-3025 en dirección a Baldomar. A partir de aquí, se sigue la LV-3026 hacia Montclar. Este último tramo es más rural y puede ser algo sinuoso, pero está bien señalizado.