Las noticias van llenas. Televisiones, radios y prensa no dejan de hablar de la plaga que azota a la costa de Tarragona, la de las medusas conocidas como carabelas portuguesas, una especie de una belleza impresionante, pero con una capacidad urticante que hace difícil el baño.

El último fin de semana de julio, la mayoría de playas de la zona ondeaban la bandera roja que advertía que, si bien la mar estaba calma, se tenía que prestar mucha atención al baño. La presencia de estas medusas es ya una plaga. Y no es la única.

Nueva plaga en las playas catalanas

Desde hace ya varias semanas, diversos bañistas se han encontrado con otra presencia extraña en la playa. También afecta a la Costa Dorada, especialmente a las muy turísticas playas de Salou y Cambrils, muy próximas a PortAventura.

Se trata de unas extrañas criaturas invertebradas, de aspecto similar a las medusas, que no hacen otra cosa que atemorizar, más si cabe, a los presentes. Estos seres transparentes son las salpas.

Salpas en la orilla CANVA

Qué son esas presencias

Las salpas (técnicamente, Salpa fusiformis) son unos invertebrados gelatinosos, de la familia de los tunicados, que tienen forma de barril pequeño y unos movimientos extraños, debido a que se desplazan bombeando agua. Son animales muy pequeños, apenas hacen 10 centímetros, pero eso no quita que causen respeto.

Los bañistas suelen confundir a estos seres con medusas o bien trozos de plástico. El problema es que, en la mayoría de ocasiones, las salpas se desplazan en grupo y pueden causar hileras de hasta diez metros de largo. La imagen de varias de ellas en la orilla puede aterrorizar.

Imágenes virales

De hecho, ya son varias las imágenes que han empezado a divulgarse a través de las redes sociales, ante el miedo de que fuesen medusas o incluso algún tipo de material derivado de la contaminación de los mares por microplásticos. Pero que no cunda el pánico.

Estos invertebrados no tienen nada que ver con las medusas, por lo que no son urticantes. Es cierto que, por su disposición, cuando se unen, también reciben el nombre de “cinturón de Venus” y son muy vistosas, pero es inofensivo para el ser humano.

Su aspecto es propio del paso intermedio entre los invertebrados y los vertebrados, puesto que tienen una primitiva columna. Lo que sí es cierto es que forman parte del plancton, uno de los alimentos preferidos por las medusas y las puede atraer.

A pesar de que su hábitat natural es el mar abierto, en determinadas circunstancias, las corrientes, el viento o una subida de la luminosidad pueden dar lugar a una producción masiva de salpas y que estas se acerquen a la orilla. En cualquier caso, los biólogos advierten que se trata de un fenómeno más habitual de lo que parece.

Presencia extraña

Por lo general, estas pequeñas criaturas suelen acercarse a las costas en otros periodos del año, fuera de la temporada de baño, por lo que no causa tanto estupor. Ahora, en pleno verano y con una ola de calor sofocante que invita a ir a la playa, hay una presencia masiva de personas en las costas, y ha causado una sorpresa mayúscula ver esas hileras de salpas.

La llegada de estos seres se debe, sobre todo, al aumento de fitoplancton en las costas españolas. Con el calor se dan más y se acercan más a las costas, un atractivo increíble para las salpas y para las medusas.

No tocar

La presencia de este fitoplancton también ayuda a la proliferación de estos seres, porque cuando encuentran una alta concentración de este fitoplancton, las salpas se reproducen rápidamente. Consecuencia: las salpas empiezan a crear diversos clones de sí mismas y aparecen estas características hileras que tanta confusión generan.

En cualquier caso, los biólogos recuerdan a los bañistas que estén atentos a las carabelas y medusas y no tanto de las salpas, porque estos no atacan. ¡Ah! Y si les molestan mucho y deciden sacarla, mejor no hacerlo. Su frágil constitución hace que al salir del agua mueran en pocos segundos. Además, por muy pequeños que sean, tienen una función clave en los ecosistemas marinos y, sobre todo, en la limpieza de los mares. Al alimentarse de fitoplancton, logran que las playas luzcan más transparentes.