Cada región tiene sus tradiciones. Tanto da que forme parte de un país y compartan algunas con ellos, las costumbres de cada zona han quedado arraigadas y se siguen haciendo, a pesar de que muchos no las entiendan.
Cataluña no es una excepción. La comunidad autónoma es conocida por su rica tradición cultural y sus varias festividades. Fiestas como la Patum de Berga, costumbres como beber en porrón o la salida de gigantes y cabezudos son sólo un ejemplo.
Una tradición con mucho ritmo
Muchas de estas tradiciones sorprenden a propios y extraños. Otra de ellas son las batucadas. Y por varias razones. Esta costumbre no es más que una manifestación musical que a menudo se confunde con la percusión de calle genérica, pero va mucho más allá.
Si uno se pone técnico, la batucada es una formación musical centrada en instrumentos de percusión, caracterizada por la acentuación del segundo tiempo en los compases. En definitiva, y para los no iniciados en la música, es una agrupación de personas que, durante las fiestas, salen en grupo con grandes tambores para animar a los asistentes a bailar o a dejarse llevar por los ritmos que crean.
Cómo suena
El ritmo de la batucada no es el de la sardana, mucho más sobrio y austero, suelen ser ritmos rápidos que, en ocasiones, se relaciona con la samba. Nada más lejos de la realidad, aunque tiene su explicación.
El origen de las batucadas no es catalán, es una apropiación. Su nacimiento se encuentra en las culturas africanas, donde los tambores han jugado un papel fundamental en las festividades populares.
Los orígenes de la batucada
Con el paso del tiempo, la batucada ha florecido especialmente en Brasil, país donde se pueden encontrar batucadas con más de 3.000 tamborileros y bailarines. Este estilo brasileño ha servido de prototipo para los grupos de batucada que ahora se ven en Europa y otras partes del mundo. De allí que para muchos las batucadas suenen a samba.
La llegada de la batucada a Cataluña se desconoce, es muy difícil de concretar. La comunidad autónoma siempre ha sido tierra de acogida, Barcelona una de las ciudades más metropolitanas de España y el mestizaje y las tendencias culturales de otros rincones del planeta se integran con facilidad. Otro ejemplo claro son los canelones de Navidad.
Cómo suena
Más allá de esas raíces, en Cataluña, la batucada ha encontrado un terreno fértil e incluye diversos estilos, hay bandas que llegan a versionar temas populares catalanes o internacionales. A pesar de ello, para los que no están familiarizados con esta costumbre, la batucada en las fiestas catalanas puede ser una experiencia sorprendente.
La combinación de tambores resonantes, bailarines enérgicos y una comunidad unida en torno a la música crea un espectáculo que deja una impresión duradera. Fuera de la autonomía, muchos se asombran al descubrir esta manifestación cultural, que aunque tiene sus raíces fuera de estas tierras, se ha adaptado perfectamente a la vibrante vida festiva de Cataluña.
Costumbre que une
Con estos ritmos, ha logrado destacarse gracias a su energía contagiosa y su capacidad para unir a la comunidad en torno al ritmo y son muchos los que han querido sumarse a esta costumbre. Desde hace años, numerosas asociaciones en Cataluña se dedican a la promoción y enseñanza de la batucada, como la Associação d'Artistes Ateneu Rítmic, Associação Mininhos du LOE y la Associació Tropalotrop d'Integració Artística Tropa el Trop.
Estas organizaciones no solo representan este tipo de espectáculos, sino que también facilitan la formación de nuevos instrumentistas y grupos, asegurando que la tradición continúe viva y en constante evolución. Una prueba más de que esta expresión musical se ha convertido en un elemento esencial de las celebraciones catalanas, llenando las calles de ritmo y energía.
Cómo se toca y cuándo
Para conseguir estos sonidos y ritmos contagiosos, los miembros de las batucadas deben saber tocar algunos instrumentos. Dentro de esta formación hay cuatro tipos: los graves, las cajas, los shakers y los brillos, también conocidos como agudos. Esta variedad de instrumentos permite una riqueza rítmica y sonora que es difícil de igualar, creando una atmósfera única en cualquier festividad. Aunque su uso y presencia ha ido a más.
Desde hace unos años, y debido a que la tradición es cada vez mayor, las batucadas se han extendido y no sólo sirven para las fiestas. Cada vez es más habitual encontrar batucadas en las manifestaciones para hacer ruido y que las reivindicaciones se hagan oir.
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