Creación de una bala en unos labios pintados de rojo

Creación de una bala en unos labios pintados de rojo CRÓNICA GLOBAL

Historia

De pintalabios a balas: Así se reconvirtió la industria de Cataluña durante la Guerra Civil

El golpe de Estado provocó que el gobierno de la Generalitat se movilizara para plantar cara a las tropas de Franco

28 mayo, 2024 10:33

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Es difícil hablar de la guerra desde la anécdota. En ella, tanto da cuál, mueren personas, miles de familias quedan destrozadas y los soldados en el frente acaban con secuelas. La Guerra Civil Española no fue menos.

Los archivos que quedan de aquella época revelan lo cruel que fue la batalla. Y el papel del pueblo a la hora de defender la República frente a un golpe de Estado militar que tenía el acceso a las armas y la colaboración del fascismo italiano y el nazismo alemán. En cambio, el Gobierno sólo tuvo la ayuda de una URSS que todavía se estaba recuperando de sus propias batallas internas. Ante una situación así, el papel del pueblo fue determinante.

La Guerra en Sant Gervasi 

Los republicanos perdieron, pero desde 1936 a 1939 demostraron cuán comprometidos estaban con los valores de la libertad y el sentido de pueblo que tenían. Pruebas de ellos las hay a miles, pero esta vez nos centramos en una que suena, de buenas a primeras, curiosa.

En Sant Gervasi, en la zona alta de Barcelona, una fábrica de pintalabios tuvo un papel determinante a la hora de armar a las tropas republicanas. Allí, en el número 7 de la calle Denia pasaron de producir este cosmético a fabricar balas y tenerla preparada para el ejército de la resistencia.

De dónde viene la idea 

La idea fue de la Generalitat de Cataluña que, en agosto de 1936, pocos días después de que Franco diera el golpe de Estado, creó la Consejería de Defensa. Un día después, este departamento encarga al conseller de Economía, Josep Tarradellas, que cree la Comisión de Industrias de Guerra (CIG).

Este organismo fue esencial durante los primeros años de la Guerra Civil. La República debía defenderse y para ella necesitaba armas. El político de ERC pensó en aprovechar el tejido industrial catalán, tan importante desde la Revolución Industrial, para la fabricación armamentística.

Por qué se creó la CIG 

Cataluña no tenía industria de guerra, y comprar armas al exterior tampoco era fácil. No se tenía el dinero para hacerlo. Si se hacía, el pueblo iba a sufrir las consecuencias con miseria que, sumado a los ataques de los golpistas, podían suponer una rápida derrota.

La CGI movilizó a buena parte del tejido industrial catalán para que pusiera de su parte. Los trabajadores, comprometidos con la República, no dudaron en echar una mano. Además, estas nuevas actividades le suponían un buen sueldo que les garantizaba comida y una buena vida. Al menos, durante los primeros meses de la guerra.

De pintalabios y cartuchos 

El papel de la fábrica de pintalabios de Sant Gervasi fue crucial. Mientras decenas de puntos e industrias catalanas elaboraban diferentes componentes de armas, en la calle Denia se fabricaban y ordenaban buena parte de los cartuchos que se iban a usar en el campo de batalla. Recibieron incluso máquinas procedentes de París para su nuevo cometido.

Cuesta distinguir a día de hoy que allí sucedía algo de eso. No queda ni la llamada Cartuchería, nombrada F7 (fábrica 7) ni tampoco de la producción de pintalabios. La fachada del edificio de viviendas que hay allí, conserva sólo una pequeña parte. Pero los papeles que se guardan en el archivo de Queralbs dan fe de que desde la zona alta de Barcelona, desde una fábrica de pintalabios, salían los cartuchos que iban a ser usados en el frente.

De colegio a fabricar armas 

Esta era sólo una de las 5 “fábricas” que había en Barcelona dedicadas, de repente, a la industria de la guerra, y un punto más entre las 15 que hubo en toda Cataluña. Las comillas en la palabra fábrica está justificada, muchas de ellas se convirtieron en ellas cuando en realidad nunca lo fueron.

Es el caso de las Escuelas Salesianas de Sarrià, la F14, que usaron sus instalaciones para la fabricación de armas ligeras como el fusil Mauser, el cargador “C” y, también, cartuchería. Se convirtió en un punto clave.

Otras fábricas de guerra improvisadas 

El resto no fue menos. En total y, por orden de numeración y participación, las fábricas que formaron parte de esta industria de guerra de reciente creación organizada por la CGI fueron:

  • F1- Badalona: de la antigua Unión Española de Explosivos. Se producía gasolina especial “Octanol” para aviación
  • F2 –Bordeta (Barcelona), c/Parcerisa: Habilitada para la creación de explosivos. En agosto de 1938 dejó de pertenecer a la Generalidad de Cataluña.
  • F3- Poblenou (Barcelona), c/ Llull: Se dedicaba a la carga de bombas de mano
  • F4 - La Canya (La Garrotxa): Antigua papelera, que fue modificada para producir celulosa a través de esparto en lugar del algodón, demasiado caro, y que a partir de este se fabricaban explosivos como la trilita
  • F5 - Queralbs (Ripollès): En diciembre de 1936, fue adaptada una antigua fábrica de colorantes y materiales orgánicos para la producción de gases tóxicos.
  • F6 – Orís (Osona), La Mambla: Fue habilitada para la creación de gases tóxicos, se suspendieron los trabajos en febrero de 1937
  • F7 – Sant Gervasi (Barcelona), c/ Denia: Antigua fábrica de pintalabios. Producía cartuchería. Fue uno de los éxitos de la CIG en la creación de balas
  • F8 - Hospitalet de Llobregat, La Torrasa: Creación de cohetes de iluminación terrestre y antiaéreos y, más tarde, fabricación de bombas.
  • F9 –Sant Andreu (Barcelona), c/ Nin: Fabricación de trilita
  • F10 – Cardona y Súria (Bages), ca l’Aranyó y Minas: Fabricación de clorato de potasio y de bromo. La producción de la F10 fue escasa.
  • F11 – Gramanet del Besós, c/Enrique Sanchís: Complejo de fábricas que se especializaron en explosivos como el fulminato de mercurio.
  • F12 – Palau Sacosta (Girona): antigua fábrica de tapones de botellas. Creación de cartuchería
  • F13 - Gualba (Vallès Oriental): Producción de pólvora y de fulminatos.
  • F14 –Sarrià (Barcelona), Las Escuelas Salesianas: Fabricación de armas ligeras como el fusil Mauser, cartucheria y el cargador “C”.
  • F15 –Olot, Can Castanyer y Can Simó: Esta fábrica estaba formada por la concentración de la maquinaria de pequeños talleres de Olot, en una factoría en la calle Panyó. Producción de armas ligeras, cartucheria y granadas. A destacar el subfusil "Labora Fontbernat".