Memorial de Argelès-sur-Mer: cuando nosotros fuimos los refugiados
Un espacio museístico en la comuna francesa rememora el terrible drama que padecieron miles de republicanos españoles en Francia hacia el final de la Guerra Civil
21 octubre, 2023 23:30Noticias relacionadas
El 26 de enero de 1936, las tropas franquistas tomaron Barcelona. Tan solo unos días antes, ante la inminente caída de la Ciudad Condal, Juan Negrín, último presidente del Gobierno de la Segunda República, había ordenado la evacuación de cientos de funcionarios. Al conocerse la noticia, miles de civiles huyeron también de la capital catalana dirección a Francia. Las carreteras de la costa mediterránea se llenaron de una ingente riada de refugiados republicanos.
Familias enteras intentaban escapar de la represión cruzando los Pirineos en un éxodo masivo (se estiman 500.000 personas) conocido como la Retirada. Lamentablemente, la acogida en el país vecino, cuya proclama oficial reza “Libertad, igualdad, fraternidad”, no estuvo a la altura.
Campo de internamiento para “extranjeros indeseables”
Hasta Argelès-sur-Mer, una pequeña localidad costera de los Pirineos Orientales situada a tan solo 25 kilómetros de Perpiñán, llegó una gran parte de los exiliados. Hombres, mujeres y niños en busca de paz y de un futuro en libertad. Pero las autoridades desbordadas ante lo que se les venía encima –tan solo esperaban la llegada de 4.000 personas– improvisaron en la playa del municipio un campo de concentración, delimitado por una alambrada de púas, custodiado por tropas coloniales y unos pocos gendarmes.
Las condiciones de vida fueron inhumanas. “Las autoridades francesas no distribuyen nada para comer (…). Lo único que se puede obtener es agua que fluye de botes hundidos en la arena; es salado y ataca el estómago”, escribió Jordi Arquer (1906-81) en su libro titulado Diario de un refugiado catalán. La atención sanitaria era prácticamente inexistente y las condiciones higiénicas, deplorables. Tampoco existía la más mínima infraestructura. Fueron los mismos prisioneros quienes construyeron rudimentarias chabolas y letrinas con los escasos materiales que encontraban en la enorme playa, aunque muchos dormían en hoyos excavados en la arena.
“El campamento constaba de pequeños refugios de paja construidos por los hombres para entre dos y cinco personas. No había instalaciones sanitarias, por lo que el pozo más cercano fue suficiente”, relató en un informe Josep Patrick Kennedy Jr. (1915-44), el hermano mayor de John Fitzgerald Kennedy, tras una visita en febrero de 1939. Estos testimonios arrojan luz sobre las terribles penurias que padecieron durante meses estos “extranjeros indeseables”, como los calificó el Gobierno francés. Muchos de ellos encontraron allí la muerte.
Una deuda histórica: el museo de la memoria
El campo de internamiento de Argelès-sur-Mer permaneció abierto desde febrero de 1939 hasta junio de 1942. En ese tiempo pasaron por allí sobre todo exiliados republicanos, pero también fueron internados otros refugiados de la Europa del Este, exbrigadistas, judíos y nómadas franceses.
La historia oficial ocultó durante décadas este vergonzoso e incómodo episodio. Y así fue hasta que, finalmente, en 2014, tras más de 20 años de trabajos de investigación, el ayuntamiento inauguró el Museo Memorial del Exilio (Memorial du Camp d’Argelès-sur-Mer), emplazado en la avenue de la Libération de la localidad. Un espacio museístico y centro de documentación consagrado a preservar y difundir la memoria de aquel oscuro suceso ocurrido hace ya más de ocho décadas.
El espacio tiene una exposición permanente interactiva conformada por fotografías, documentos, objetos de época, mapas geográficos y testimonios audiovisuales que narra cronológicamente aquella triste historia. El memorial acoge también la asociación FFREEE (Hijos e Hijas de Republicanos Españoles e Hijos del Éxodo).
Otros lugares para no olvidar
Además del museo existen otros “lugares de la memoria” situados en lugares emblemáticos. La ruta parte desde el monolito homenaje a los republicanos españoles ubicado en el bulevar del Mar, justo donde se encontraba la entrada al campo de concentración; continúa unos 550 metros al norte con una placa indicativa del límite del campamento y finaliza en el llamado Cementerio de los Españoles, en la avenida de la Retirada, donde encontramos una estela con los nombres de todos los fallecidos y también un árbol dedicado a los cerca de 70 niños que murieron allí.
El célebre fotógrafo Robert Capa realizó su última crónica sobre la guerra civil española en los campos de internamiento franceses, incluido el de Argelès-sur-Mer. Sus fotografías fueron publicadas el 15 de abril de 1939 en la revista inglesa Picture Post bajo el título The Forgotten Army (El ejército olvidado).