Oriol Junqueras
El expresidente de ERC, Oriol Junqueras, tomó un perfil bajo en los actos y marchas de la Diada de Cataluña. Pese a que está en pleno proceso de "escucha" en toda Cataluña para recabar inquietudes de la ciudadanía, el dirigente político esquivó las grandes concentraciones de ayer, día grande del nacionalismo catalán.
Y ello sólo tiene una explicación: evitar que le relacionaran con los actos de boicot que tuvieron que encajar sus compañeros de ERC en ofrendas florales y movilizaciones. Mientras los militantes republicanos aguantaban estoicamente a los secesionistas ultramontanos, Junqueras se escondió y dio esquinazo a las movilizaciones.
De nuevo, el también exconseller condenado por sedición y malversación e indultado por el Gobierno buscó no relacionarse con la trifulca política. Quiso quedar al margen de la gresca, para así proteger su imagen renovadora del congreso de su formación, que está programado para el 30 de noviembre.
El historiador deberá emplearse a fondo para demostrar que tiene capital político para aportar a Cataluña. Es el favorito para ganar en el congreso de ERC, y en sus manos está hacerlo con un proyecto que contribuya al debate político autonómico.
Por lo pronto, su actitud de ayer fue un tanto desconcertante.