Sean 'Diddy' Combs

Sean 'Diddy' Combs LAPRESSE

Examen a los protagonistas

Sean 'Diddy' Combs

26 mayo, 2024 00:00

¿Rapero, gánster o las dos cosas?

Todo parece indicar que el rapero y productor discográfico norteamericano Sean Combs (alias Diddy, antes conocido como Puff Daddy, Nueva York, 1969) es una mala bestia, un animal de bellota y un indeseable de primera magnitud. Siempre habían corrido rumores sobre su maltrato a las mujeres, sus líos de armas, sus contactos tirando a turbios (el hip hop lo sacó de su primera vocación, la delincuencia) y su posible participación en el asesinato de músicos de la competencia, pero hasta ahora, el hombre se las había apañado para salirse de rositas y esquivar una necesaria cancelación (por mucho menos se ha borrado a gente de la faz de la tierra: véase el caso de Marilyn Manson).

Lo que ha hecho cambiar la percepción general del señor Combs ha sido la aparición de una grabación de hotel de hace unos años en la que se le ve en un pasillo, cubierto únicamente por una toalla, zurrando a su novia de entonces, Cassie Ventura. En la grabación se ve a Diddy arrojando al suelo a la señorita Ventura y propinándole patadas en todo el cuerpo. La cosa, evidentemente, ha sentado muy mal a mucha gente. Sobre todo, al actual alcalde de Nueva York, que hace poco le concedió la medalla de oro de la ciudad y lo puso de ejemplo del coraje y la resiliencia del neoyorquino medio.

Lo que era un secreto a voces se ha convertido en unas imágenes ante las que ninguna persona medio decente puede quedarse indiferente. Y, como era de prever, han resurgido viejas historias de las que Diddy se zafó en su momento. Se vuelve a hablar de un incidente con armas en una discoteca de Times Square en el que nuestro hombre enarboló una pistola… Que había colado en el local su novia de entonces, Jennifer López. Se comenta de nuevo la posibilidad de que Diddy, antes Puff Daddy, tuviera algo que ver en el asesinato del rapero Tupac Shakur, concebido como una manera de quitarle de en medio a un competidor a su amigo conocido como The Notorious B.I.G. (quien fue asesinado a su vez unas semanas después, se supone que por amigos del señor Shakur). Algunas exnovias han aportado su demorado granito de arena al hundimiento de Diddy declarando que a ellas también las trató a patadas. Y así sucesivamente.

Siempre ha habido un lado oscuro en el mundo del rap. Yo aún recuerdo los infames tiempos del llamado gangsta rap, con su iconografía lamentable a fuerza de tipos en chándal cubiertos de cadenas, con pistolas en las manos y rodeados de mujeres semidesnudas que parecían estar esperando a que se largara el fotógrafo para practicarles voraces felaciones a sus amos y señores. El gangsta rap era asqueroso, con su machismo galopante, su glorificación de las armas y su cosificación de las mujeres. Salir de la delincuencia gracias a la música (o algo parecido) está muy bien, pero compatibilizar la vida de rapero exitoso con la de criminal ya no tanto.

Finalmente, pintan bastos para Diddy, y yo diría que aquí se van a reabrir unos cuantos casos. Que todo haya estallado por una pelea doméstica es un poco ridículo, pero no hay que olvidar que también a Al Capone lo acabaron poniendo la sombra por evadir impuestos.