Gemma Ubasart
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El módulo de régimen abierto del futuro centro penitenciario de Zona Franca de Barcelona entrará en funcionamiento en 2026. Así lo ha confirmado la consejera de Justicia de la Generalitat, Gemma Ubasart, que ha visitado el estado de las obras y ha confirmado que siguen el calendario previsto. De este modo, Ubasart se compromete a que la nueva prisión de Cataluña no acumulará más retrasos.
El espacio dedicado a los reos que sólo tienen que acudir allí a pernoctar será el primer módulo que entrará en funcionamiento. En total, el centro tendrá una capacidad para hasta 800 personas y acogerá a internos de la cárcel de mujeres de Wad Ras, situada en el barrio de Poblenou, y la de Trinitat Vella, actualmente destinada a los presos más jóvenes.
Además, se añadirán 200 camas más a las que existen en las dos prisiones que todavía funcionan en la capital catalana. Contará con dos edificios idénticos que son independientes, con patios y zonas verdes donde se ubicarán los "espacios comunes de vida diaria de los internos -comedores, salas de formación o televisión, entre otras-” y cuatro plantas de habitaciones con lavabos comunitarios.
Sin embargo, todavía no han empezado las obras para poder trasladar al grueso de los internos de ambas prisiones -Wad Ras y Trinitat Vella-, cuyas instalaciones han quedado totalmente obsoletas. De hecho, durante su visita, Ubasart ha anunciado que las obras de la prisión de mujeres de la Zona Franca no empezarán hasta 2026, con la perspectiva de entrar en funcionamiento en 2029.
De este modo, no se podrá cumplir con el acuerdo entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, y que fijaba 2027 como el plazo máximo para que ambos centros penitenciarios estuviesen cerrados.
Wad Ras y Trinitat Vella son las dos últimas cárceles de la ciudad que están abiertas y sus instalaciones son muy antiguas. Son cárceles anticuadas, que ya no cumplen, como pasaba con la Modelo, con los mínimos más básicos para unos reos a los que se intenta reinsertar en la sociedad.