Aurora Carbonell
El presunto caso de corrupción que salpica al Ayuntamiento de Sitges, con la alcaldesa republicana también investigada Aurora Carbonell a la cabeza, hace peligrar su conocido Carnaval. El mismo que no solo permite situar en el mapa a este municipio del Garraf, sino que cabe recordar que supone un enorme empujón a la actividad empresarial de la zona; la edición de 2023 generó un impacto económico de ocho millones de euros.
El peligro en torno a la correcta celebración del evento este año responde al desgobierno al que el escándalo ha sumido a la ciudad. Desde que estallara el caso Texas, la maquinaria municipal está bloqueada y no concede los permisos necesarios para ciertas actividades. Tras las tradicionales rúas, que sí se podrán celebrar con normalidad, los miles de visitantes no podrán disfrutar de los bailes posteriores porque las entidades que los organizan no cuentan con los documentos correspondientes.
Los partidos de la oposición insisten en la gran proyección mediática del Carnaval de Sitges, por lo que temen que deje de ser atractivo para carnavaleros venidos de todo el mundo. También que acaben siendo no solo los vecinos, sino sus hoteles, restaurantes y negocios de todo tipo los que acaben pagando las consecuencias, mientras los organizadores reclaman el "imprescindible acompañamiento municipal" para un evento de tal calado.