Ángel Cristo Jr.
La víctima
Bárbara Rey es un filón inagotable para la televisión. Hasta ahora, ese filón había sido explotado en exclusiva por Antena 3 (cuyas series Cristo y Rey y Una vida bárbara han recalado recientemente en Netflix), pero Tele 5, que necesita urgentemente una transfusión de espectadores desde que se acabaron los buenos tiempos de Jorge Javier Vázquez y su Sálvame, ha encontrado la manera de sacar también tajada a costa de la vida y, sobre todo, el legado (por llamarlo de alguna manera) de la célebre mocatriz (modelo, cantante y actriz) de la Transición. Como la competencia ya había monetizado a Bárbara en una serie de ficción y un documental de cuatro capítulos, Tele 5 ha tenido que escarbar un poco en los productos derivados de la chica de Totana hasta dar con su hijo Ángel, que lleva dos semanas petándolo la noche del viernes en un nuevo producto llamado a reemplazar las largas aventuras de Jorge Javier y su alegre pandilla y que responde al originalísimo nombre de ¡De viernes! (los signos de admiración deben ser para intentar darle un sentido a un título que no supera la categoría de obviedad).
Tras una reciente inmersión en el asombroso mundo de Bárbara Rey (que ya les conté en la sección de televisión de Letra Global), hay algo en mí que ha hecho catacrocker y me impide abandonarlo: debe tener algo que ver con la famosa y literaria atracción del abismo, porque si no, no me lo explico. El caso es que ya llevo dos semanas tragándome las declaraciones de Ángel Cristo Jr. en el fantabuloso programa ¡De viernes! ¿Y en qué consisten tales declaraciones? Pues, básicamente, en poner a caer de un burro a su señora madre, que le dio una infancia y adolescencia de mierda que el muchacho aún no ha conseguido superar. Según él, su madre lo explotó a conciencia, lo lio en sus asuntos más turbios (chantajes, relaciones con prestamistas y otras miserias), lo utilizó de sirviente y masajista (masajes de tres horas durante los que, a Angelito, según él mismo dijo, le daba tiempo a ver Rocky 1, Rocky 2 y Rocky 3), le hizo grabar una entrevista poniendo de vuelta y media a su padre, el domador, con la promesa de que le pagaría los estudios, aunque luego se dejó la pasta en el casino de Torrelodones...
El rosario de desgracias de Ángel Cristo Rey (o García, que es el auténtico apellido de mamá) es interminable y terrorífico. Suena verosímil, pero con esta familia nunca puedes estar seguro de nada, y es obvio que el muchacho ha cobrado por hacerle un traje de torero a su augusta madre. Como personaje secundario del asombroso mundo de Bárbara Rey, hay que reconocer que el hombre se gana cada euro que le esté cayendo. No sé cuántas semanas se va a tirar largando, pero supongo que después le tocará el turno a su hermana Sofía, convirtiéndose ambos en teloneros de mamá, que debe estar negociando con Tele 5 los monises que se embolsará por salir a explicar eso que ahora se define como "SU verdad". Por mi parte, voy a intentar desengancharme de este sindiós, pero no tengo mucha confianza en lograrlo, ¿para qué les voy a engañar? Igual tengo mono de telebasura: compadézcanme.