Ignacio Galán, presidente de Iberdrola / EP
Ignacio Galán
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La legislatura que acaba de iniciarse en España llega envuelta en un clima de tensión entre el Gobierno y la gran empresa que amenaza con marcar el paso de la actividad económica en los próximos meses. El enfrentamiento es particularmente encendido en el sector energético, con numerosas denuncias por parte de las compañías de falta de seguridad jurídica para realizar inversiones, ante los numerosos cambios normativos y fiscales que se han promovido desde el Palacio de la Moncloa.
Por eso resulta especialmente oportuno el mensaje lanzado por Iberdrola en las últimas horas. Lejos de crispar aún más el ambiente, incluso con amenazas de congelación de proyectos, la compañía que lidera Ignacio Galán ha preferido el mensaje en positivo: allá donde hay marcos normativos estables, la potencia inversora de Iberdrola siempre estará presente.
El Reino Unido ha sido el último ejemplo. Pero también podría serlo EEUU; incluso Australia, que aún no forma parte de los mercados clave de la eléctrica. Resaltar la importancia de contar con la máxima seguridad jurídica no tiene que estar reñido con evitar más incendios, aún más en un complicado panorama para el que los expertos pronostican una notable desaceleración.
