Rafael Villaseca
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El que fuera durante más de una década consejero delegado de Gas Natural Fenosa (hoy Naturgy) afrontará un desafío que quizá ya no esperaba en su trayectoria empresarial. Estar al frente de Celsa al inicio de su nueva etapa, tras el forzado relevo de la familia Rubiralta por los fondos acreedores de la compañía, supondrá un desafío a las más que probadas capacidades del actual presidente de la Fundación Naturgy para el diálogo, la conciliación y el saber estar en los entornos más variados.
Aunque las tareas ejecutivas recaerán en el consejero delegado, no será fácil la encomienda de Villaseca. El perfil del consejo que comienzan a diseñar los nuevos propietarios avanza un duro camino inicial hasta encontrar la estabilidad financiera necesaria para pasar a una fase de crecimiento y posible esplendor.
Serán tiempos de muchas reuniones, de numerosas negociaciones, de dar muchas explicaciones y de ser especialmente didácticos con los representantes de los trabajadores, con el mercado y con las Administraciones Públicas, a las que el ejecutivo conoce a la perfección, especialmente en Cataluña. No será la etapa más vistosa de Celsa, con mucho trabajo en la sombra. Es el tiempo preciso para que Villaseca demuestre si su elección ha sido o no un acierto.