José Ignacio Goirigolzarri
'Manca finezza', presidente
El sueldo que pretende adjudicarse el mandamás de Caixabank (antes Bankia), José Ignacio Goirigolzarri (Bilbao, 1964), es un pastón: 1.650.000 euros anuales. Supongo que, en teoría, por desquiciada que se nos antoje la cantidad, no hay nada que objetar: cuanto más dinero hagas ganar a la empresa en la que trabajas, más monises te caen a ti. Pero en este caso, como dirían los italianos, manca finezza: si vivimos malos tiempos y hay que apretarse el cinturón, lo suyo es que se lo aprieten todos. En ese sentido, la jugada del señor Goirigolzarri (que seguro que es muy bueno en su curro, eso no lo voy ni a poner en duda) recuerda la inoportuna compra del chalé en Galapagar por parte del prejubilado Pablo Iglesias: sí, el excoletas tenía derecho a comprarse una vivienda en la que ver crecer felices a sus hijos, pero estéticamente la cosa tenía un tufo pepero de ostentación y olé mis huevos morenos que sentó como un tiro a una parte importante de la población (incluidos, intuyo, muchos de sus votantes).
Siempre he pensado que la de banquero no es una vida especialmente digna. Con la de cosas hermosas que hay en la vida... Digamos que puedes poner tus conocimientos de economía al servicio de causas más nobles (¿te suena un tal Keynes?) que enriquecer aún más a los ricachones. Sí, sé que vivo en una sociedad capitalista donde impera la ley de la oferta y la demanda, pero todo tiene (o debería tener) sus límites. Lo mejor habría sido adoptar un perfil un poquito más bajo.