El jefe de Mossos, el comisario Eduard Sallent, durante la entrevista
Sallent, con la Guardia Civil
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Las relaciones entre los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil en Cataluña han sufrido altibajos históricos. Ahora, con el procés independentista en el retrovisor, parecen haber retomado la senda de la coordinación: aunque no hay fluidez absoluta, se ha recuperado el diálogo.
Prueba de ello es que el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, acudió ayer al Gran Teatro del Liceu de Barcelona para asistir al concierto que celebró el 180 aniversario de la Guardia Civil.
Acudieron el delegado del Gobierno, Carlos Prieto y el teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, entre otras autoridades.
Pero ninguna presencia sorprendió más que la de Sallent, por dos motivos. El primero, porque las elecciones autonómicas en Cataluña han dejado el cuerpo de Mossos en situación de interinaje.
El segundo, por la nada discutida querencia independentista del alto policía.
Por ello, su presencia ayer, donde coincidió con el general Pedro Pizarro y el ex jefe del instituto armado en Cataluña José Luis Tovar, provocó comentarios. No en vano, vienen tiempos complejos para la coordinación de ambos cuerpos, como la celebración de la Copa América de vela en Barcelona.
