Rapapolvo a Puigdemont en 'Rolling Stone'
La soledad de Puigdemont en Europa es cada vez más patente. Y muestra de ello son los pocos apoyos que recibe el expresidente catalán fugado y las cada vez más crecientes y contundentes críticas que le dedican.
La última de ella la firma el historiador transalpino y profesor en la UAB Steven Forti en un implacable artículo publicado en la edición italiana de la revista Rolling Stone.
Con el título Puigdemont no es Mandela, sino un Bossi posmoderno, Forti hace un repaso mordaz de la trayectoria del dirigente independentista y --pese a que se opone al encarcelamiento de Puigdemont-- lamenta que una parte de la izquierda de su país le ría las gracias.
"Para resumir y ser claros: Puigdemont no es Mandela, su partido (Junts per Catalunya) no es de izquierda y Cataluña no es Palestina. Si realmente tuviéramos que buscar comparaciones y definiciones, el líder independentista catalán, que huyó a Bélgica tras la fallida declaración unilateral de independencia en octubre de 2017, es más bien una especie de Bossi posmoderno; Junts per Catalunya (JxCAT) es un revoltijo nacional-populista con muchas similitudes con la nueva ultraderecha europea; y Cataluña no es un pueblo oprimido, sino un ejemplo de lo que Gianfranco Viesti llamó 'la secesión de los ricos' (su PIB vale el 20% del de España)", señala Forti.
El historiador recuerda sus políticas neoliberales y privatizaciones al frente de la Generalitat, los elogios a Trump y las "declaraciones supremacistas y xenófobas contra los españoles o los catalanes no separatistas" por parte de miembros de JxCat, entre ellos Quim Torra y Laura Borràs. Por no hablar de los únicos amigos que Puigdemont ha encontrado en Europa tras ser expulsado del ALDE: el N-VA flamenco; Bernd Lücke, cofundador de Alternative für Deutschland, y Nigel Farage, promotor del Brexit.
Forti destaca que Puigdemont ha buscado ayuda en la Rusia de Putin, a través de sus colaboradores Josep Lluís Alay y Gonzalo Boye --"con pasado convulso", en referencia a su condena por colaborar con la banda terrorista ETA--. Hasta el punto de que "una investigación reciente de Scotland Yard ha vinculado a Sergei Fedotov, un agente de los servicios secretos rusos acusado del intento de asesinato de Sergei Skripal, con la independencia catalana".
Además, recuerda que las leyes de desconexión preveían que "en el nuevo Estado el poder judicial dependía del ejecutivo: ni siquiera en Hungría y Polonia ha llegado tan lejos", lo que da "una idea del concepto de democracia del personaje y su partido". Un concepto que se mantiene en el Consejo por la República, que según sus estatutos "solo puede ser presidido por Puigdemont, sin elecciones ni votaciones, prácticamente de por vida, y los demás miembros solo pueden ser elegidos por el propio Puigdemont, como si se tratara de una especie de monarquía del antiguo régimen". Y denuncia que su partido es el que más empeño está poniendo en destruir la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat.
Y concluye: "En definitiva, cómo puede una persona de izquierda, que considera la democracia, la justicia social, la igualdad y la fraternidad como sus propios ideales, abrazar la causa y elevar casi a nuevo Mandela a un hombre y a un partido que quieren acabar con cualquier diálogo para resolver la cuestión catalana, defienden la secesión unilateral de la región más rica de España cuando, entre otras cosas, no tienen ni remotamente mayoría social, buscan apoyos en Rusia al estilo de Savoini y Salvini, tienen buenas relaciones con los aliados de Meloni en Europa, aplican políticas neoliberales, sueñan con una república donde no existe la separación de poderes y fundan una institución sin la más mínima democracia interna, simplemente no puedo explicarlo. Probablemente será el signo de los tiempos. O la dificultad de la izquierda para encontrarse".