La Policía Nacional distingue a sus restauradores con medallas
La polémica por las medallas otorgadas por el Cuerpo Nacional de Policía continúa. No son pocos los años que sindicatos del propio cuerpo han recurrido algunas de las distinciones por “repartirlas a amiguetes”, según explican. Este año admiten que los altos cargos se han cortado en repetir tan peligrosa tendencia, pero no dejan de ser curiosos algunos destinatarios de estos galardones que se publican en el listado de las personas ajenas a la corporación, al que ha tenido acceso Crónica Global.
Una de las agraciadas con la cruz policial con distintivo blanco --sin aportación económica-- es Josefa Gómez, empresaria del restaurante Neyras, uno de esos locales elegantes barceloneses, con piano de cola y varios salones, situado en la bulliciosa Via Laietana. Justo al lado de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña y, por tanto, donde suelen desayunar y comer los altos cargos del cuerpo.
Otra medalla de la misma distinción es para Francisco Javier Sánchez González, restaurador del Grupo Salamanca, formado por restaurantes como el Salamanca, también de referencia de la ciudad, sobre todo, para las diferentes policías que conviven en Barcelona. El atrezzo de la plaza del Paseo Marítimo en la que se sitúa su terraza está formado, en ocasiones, por varios coches y/o motos patrulla. Sobre todo a la hora de comer.
Igual de sorprendentes resultan los nombres de Ernestina Torelló, presidenta y directora de Cavas Torelló; Thierry Guillien, chef de la Subdirección Antiterrorista de Policía (SDAT) de París, o Eric Carbonell, ayudante de chef de la Gendarmería Nacional Francesa. Queda claro que si algo valoran los cargos policiales es la gastronomía.