Iglesias y Garzón, o el peso de las encuestas
Antes del 20D, Pablo Iglesias rechazó, mejor dicho, desdeñó ir en coalición con la Izquierda Unida de Alberto Garzón. Ahora, cuatro meses después, con unas encuestas que le rebajan expectativas, Iglesias abre los brazos a Garzón y está dispuesto a ir juntos porque es la única solución para vencer a las encuestas y dar el --ansiado-- sorpasso al PSOE.
Garzón, por su parte, se lo toma con calma y ha marcado dos líneas rojas. Irá por Madrid, de número tres, lo que relegará a Errejón a otro puesto e Izquierda Unida mantendrá sus siglas y su personalidad --además de recibir las asignaciones presupuestarias-- en las listas. Garzón también quiere que los suyos tengan protagonismo en las listas electorales de cada provincia. Todo un dolor de cabeza para Iglesias, que tendrá que pedir sacrificios a los suyos.
Sorprendentemente, desde el 21D y hasta ayer mismo el secretario general de Podemos ha hablado en en nombre de IU a la hora de abordar políticas de pactos, sin que desde las filas de esta organización nadie se lo haya reprochado.