Jordi Martí, ¿fichaje estrella o estrellado?
El que fuera jefe de filas de los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona la pasada legislatura, Jordi Martí, anduvo como alma en pena durante meses buscándose una nueva ubicación.
Se presentó a las primarias del PSC. Perdió a pesar de contar con el apoyo de los 'indepes' que se prestaron a violar un ejercicio democrático. Mantuvo arrumacos con el mundo soberanista que no cuajaron. Mejor le fue a su amigo del alma Toni Comín, hoy flamante diputado de Junts pel Sí.
Al final, por sorpresa, la alcaldesa, Ada Colau, lo fichó como gerente. Un cargo técnico pero de alta enjundia por su carácter plenipotenciario en el funcionamiento del consistorio.
Martí, fichaje estrella, ocupó su cargó y fichó como a su segunda a Marta Clari. Sin embargo, el poder de Martí y Clari no gustó al todopoderoso número dos de Colau, Gerardo Pisarello y menos a su gerente, Jordi Ayala. En una maniobra camuflada como operación técnica redujeron las competencias de Martí y de Clari. Clari, en un arranque de dignidad tiró la toalla, y fue nombrada gerente de Deportes, que también depende de Pisarello.
Jordi Martí ni se inmutó. Sigue al frente de una gerencia casi sin competencias. Martí debe pensar que más vale pájaro en mano y mantiene su cargo de fichaje estrellado.