Tras la vorágine mediática causada por la carta de Kylian Mbappé al Paris Saint-Germain, el delantero francés ha salido a escena con tal de calmar las aguas. La estrella del PSG seguirá un año más en el Parque de los Príncipes, pero hará las maletas una vez expiren sus dos temporadas fijas de contrato. Ni las tres primas de fidelidad desorbitadas que suman 240 millones de euros han aplacado el deseo de cambiar de aires de Mbappé.
Sin embargo, el club parisino no está dispuesto a dejar salir libre a la joya de la corona en junio de 2024. El dilema de la entidad radica en vender a Mbappé el próximo verano por una cantidad astronómica, o bien requerir de sus servicios una última temporada y renunciar a obtener rédito por su marcha.
Primas faraónicas
El PSG cubrió de oro a Mbappé con su última ampliación contractual en mayo de 2022. El poder del petrodólar - muchos petrodólares - disuadió a michelangelo de fichar por el Real Madrid. El rechazo al máximo dirigente madridista, Florentino Pérez, todavía trae cola en el Santiago Bernabéu.
Pero ¿quién posee el estoicismo implacable para rechazar una prima de renovación de 180 millones? Desde luego, Mbappé no. Por el momento, el internacional galo percibirá 70 millones de euros por cumplir su primer año estipulado en el contrato. En caso de seguir hasta junio de 2024, se embolsaría otros 80 kilos.
"Sacrificio" económico
Por último, en el supuesto de fructificar las intenciones de Mbappé de partir en verano de 2024, tendrá que renunciar a la prima de 90 millones. Esas ganancias extras corresponden al año opcional estipulado en el contrato tras haber transcurrido las dos primeras temporadas.
No obstante, la carta enviada al PSG por parte de Mbappé no deja lugar a dudas. Los millones ya no bastan. Si bien el Real Madrid también le ofrecerá una suma generosa en concepto salarial, no se equiparará a los privilegios faraónicos del atacante de 24 años en París.