Apareció con un gorro y una sonrisa en Montjuïc. Una mueca que escondía que su regreso estaba más cerca. Una lesión en la sindesmosis del tobillo apartó a Lamine Yamal de los terrenos de juego. Llevaba tres semanas sin pisar el verde. Tres semanas en las que el Barça de Hansi Flick había quedado muy resentido. Hasta hoy. Este martes ha hecho parte del entrenamiento junto a sus compañeros.
Lamine Yamal vuelve a hacer lo que más le gusta. El pasado lunes, en el Olímpic Lluís Companys, se quedó hablando con Flick después de la victoria contra el Brest (3-0). Con ropa de calle --y siempre a la última--, Yamal le confesó que no aguanta un día más viendo a su equipo desde la grada.
Pero a Flick no le gusta jugar con fuego. El Barça no quiere correr riesgos. Durante todos estos días, Lamine ha hecho trabajo de gimnasio. Por fin ha saltado al césped de la Ciutat Esportiva Joan Gamper, pero la lesión en el tobillo es muy delicada y el club debe andarse con pies de plomo. Aún así, recibirá el alta para el partido del próximo sábado contra Las Palmas (14.00 horas).
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Contra el Brest, el Barça superó su laminedependencia. Lo hizo en casa, donde el equipo de Flick se mantiene invicto. En Balaídos empató (2-2). En Anoeta, primer encuentro que se perdió Yamal, perdió (1-0). Los azulgranas cuajaron sus dos peores partidos.
La de Lamine no será la única alta del fin de semana. Ferran Torres, al igual que el extremo de Rocafonda, tenía buenas sensaciones, pero no entró en la convocatoria del Brest. Lo hará en la siguiente. La de Las Palmas. Flick va recibiendo refuerzos.
Éric García ya vuelve a formar parte de la plantilla. Podrá dar descanso a Pau Cubarsí e Iñigo Martínez, que lo han jugado todo. Sumados a los regresos de Frenkie de Jong, Gavi y Fermín en el último mes, el Barça de Flick ya empieza a coger otro color.