Al Barça, sin Lamine Yamal, le falta desborde. Creatividad. En Balaídos, Hansi Flick apostó por Dani Olmo para suplir al crack de Rocafonda, aunque fue Raphinha el que ocupó el costado derecho. Nada es lo mismo. Con el balón en los pies, Lamine es una amenaza constante. El Barça tendrá el mismo problema contra el Brest. Y, por desgracia para Flick, el jugador que más enamorado le tiene de la Masía también está lesionado.
Ya lo conocía antes de llegar al banquillo del Barça, como desvelamos en Culemanía. Toni Fernández (16 años) seduce a Hansi. Desde marzo de 2024, cuando ni siquiera se había hecho oficial la contratación del míster, que Flick sabe del talento innato del atacante de Rubí.
Enfermo del juego
El míster teutón aprecia a los jugadores con una gran capacidad técnica. También valora la disciplina. Reúne ambos conceptos el pequeño de los Fernández, a pesar de que Guille, más físico, viajó con el primer equipo a Vigo. Toni tampoco es que brille por su uno contra uno, pero tiene una gran lectura de juego.
Sabe posicionarse sobre el césped, domina a la perfección el control orientado y tiene la imprevisibilidad de un zurdo. Posee un guante en su bota izquierda. Flick se lo llevó a la gira de pretemporada por Estados Unidos. Con Xavi Hernández ya se había sumado a algún entrenamiento.
Virales se hicieron sus penaltis, que tira con una calma asombrosa para ser un chaval de 16 años. Es capaz de combinar con sus compañeros en una baldosa. También de meter auténticos golazos.
Prototipo de la Masía
Todas estas condiciones enamoran a Flick. Su entorno lo sabe. Solo llegan inputs positivos del club azulgrana. De hecho, aún que no se esperaban su meteórico ascenso, creen que ya habría debutado en el primer equipo del Barça. Lo ha impedido la lesión en la sindesmosis del tobillo derecho, diagnosticada el pasado 18 de octubre. La misma lesión de Lamine Yamal, justamente.
Toni renovó por el Barça en julio. La decisión no fue nada fácil. Primó, sobre todo, la insistencia del atacante por quedarse en el equipo azulgrana. Porque a Toni no le faltaron ofertas. Según ha podido saber Culemanía, varios clubes top de Europa tentaron a Fernández con grandes ofertas.
Un chico familiar
Ahora, Toni tiene contrato con el Barça hasta 2027. Firmó por tres años, el máximo para un chico que todavía no cumple la mayoría de edad. La apuesta es firme. Tanto de la entidad hacia él como la de él hacia el Barça. Fernández es un obseso del juego.
El mediapunta de la Masía es capaz de visionar muchos partidos y de analizar lo que ocurre por su propia cuenta después del pitido final. Además, fuentes cercanas al futbolista señalan que es un tipo muy familiar y tranquilo, al que le gusta estar rodeado de sus seres queridos.
En Balaídos...
Contra el Celta faltó alguien de la inteligencia de Toni. La que tiene también Lamine, que sabe cuándo intervenir en cada jugada. El Barça echa de menos ese perfil asociativo y que sea capaz de fijar en la banda derecha para abrir el campo. Desde la lesión del extremo mataronense, el equipo de Flick está desbalanceado.
Lewandowski y Raphinha ocupan el carril central. Sin la presencia de Lamine, no se abren tantos espacios y, por ello, más difícil es salir de la presión. La estrella de la Masía ordena al cuadro azulgrana. Jules Koundé lo pone en evidencia. Era fundamental en ataque y en defensa. Ahora está totalmente solo en el carril derecho.
La lesión de Toni Fernández ha llegado en el peor momento, cuando más necesario era en el primer equipo del Barça. Pero no le faltarán oportunidades porque Hansi Flick confía en la joya de la generación 2008. Xavi hizo debutar a Lamine, Cubarsí y Fermín. Toni será el primer gran descubrimiento de Flick.