Hay un Barça con Lamine Yamal y otro sin. La diferencia es abismal. A sus 17 años, el crack de Rocafonda ordena al equipo azulgrana en ataque. La joya de la Masía no solo es providencial a partir de tres cuartos. Permite superar líneas de presión. Es el único atacante que amenaza en parado, sin necesidad de ir al galope como Raphinha o de recibir en el área como Lewandowski.
El Barça sufrió la ausencia de Lamine Yamal en Balaídos. El cuadro catalán empató en Vigo después de tener una ventaja de dos goles (2-2). Más allá de los errores individuales de Marc Casadó o Jules Koundé, el juego coral no fue bueno. No apareció ningún centrocampista. No hubo fluidez ni se salió de la presión rival. El Barça quedó sometido al Celta, que hizo de Iñaki Peña un portero internacional.
No hay paraíso
El cancerbero alicantino salvó la papeleta en más de una ocasión. El conjunto de Flick es un equipo con pegada y por eso se adelantó. El partido nunca estuvo bajo control culé. Los rivales tienen menos miedo si Lamine Yamal no está delante. Es un factor en común en todos los pinchazos del Barça en Liga.
El primer fue en Pamplona. Flick optó por hacer rotaciones a mansalva. El invento salió muy mal. Osasuna, un equipo intenso y propositivo como el Celta, fue superior a los azulgranas. Venció de paliza (4-2). Lo mismo sucedió en Anoeta, antes del parón, contra la Real Sociedad. Segunda derrota en la competición doméstica (1-0).
Maldita lesión
El Barça, eso sí, ha sido víctima de las lesiones. El pasado 10 de noviembre, el club catalán comunicó que, debido a una "fuerte contusión en el tobillo derecho durante el partido ante Estrella Roja", Lamine sería baja para el partido contra la Real. Al día siguiente se dio el diagnóstico: "Lesión de grado 1 de la sindesmosis del tobillo derecho".
De dos a tres semanas de baja. Justo hoy se han cumplido los 14 días, así que podría llegar contra el Brest, en Champions League, para despejar fantasmas. Lamine no se recuperó para jugar contra el Celta y el Barça lo volvió a pagar caro. Tiene al Real Madrid a la vuelta de la esquina.
Es real
La Laminedependencia es real. El Barça acaba sus 14 jornadas con 34 puntos. Le saca cinco al Atlético de Madrid, segundo clasificado. El Madrid es tercero, pero con dos partidos menos. Tiene 27 puntos. Si gana los dos partidos restantes, se pondrá a solo un punto de diferencia.
Hansi Flick lleva aún pocos meses y el Barça es un equipo aún por definir. Pero llama la atención que el mismo Madrid al que goleaste pueda situarse a nada de distancia en la Liga. La recuperación de Lamine será la mejor de las noticias.
Un perfil diferente
Y es que sus características son únicas. Es imposible no echar de menos a uno de los mejores jugadores del mundo. El problema es que el Barça no tiene un futbolista parecido. Nadie dribla como él. Tampoco ningún otro delantero tiene su capacidad de decisión.
Pau Víctor, Raphinha, Ansu Fati y Ferran Torres --cuando se recuperen-- son otro tipo de delanteros. Son jugadores posicionales, pero que no destacan por su habilidad para romper defensas y regatear rivales. Sin Lamine, el Barça está en problemas. Está más que demostrado.