En la Liga española no hay jornada que transcurra sin polémica arbitral. El Valencia-Barça (1-2) de la primera fecha del campeonato no estuvo exento de decisiones controvertidas de los colegiados. La actuación de José María Sánchez Martínez no tuvo prácticamente fisuras, excepto una acción que causó el enfado de la parroquia valencianista. Y de paso, también la indignación del madridismo en redes sociales. Pau Cubarsí no recibió la segunda cartulina amarilla tras una falta sobre Hugo Duro.

"En la primera parte, le saca una amarilla a Jesús después de mucho tiempo. Se acuerda y le amonesta. Y la de Cubarsí es segunda amarilla. Estas acciones te dificultan pero el árbitro, como todos, se equivocan. Yo me equivoco más que los árbitros", clamó Rubén Baraja en rueda de prensa contra la no expulsión del central catalán.

La jugada de la discordia

En el minuto 45+2 del partido, el trencilla le enseñó la primera tarjeta al defensor de 17 años por una falta sobre André Almeida. El acta justifica el castigo con el "derribo de un contrario en la disputa de balón cortando su avance".

La jugada de la discordia tuvo lugar en el minuto 56. Hugo Duro trató de controlar un balón con el pecho en la circunferencia del centro del campo. Cubarsí, convertido en su sombra, seguía al delantero madrileño y lo agarró ligeramente con el brazo. Automáticamente, el jugador che se fue al césped. El árbitro señaló la falta, pero sin amonestación que habría significado la expulsión del infractor.

¿Ataque prometedor?

Los miembros de la sala VAR no pueden entrar a valorar una posible tarjeta amarilla. Por su parte, Sánchez Martínez consideró que el centro del campo no se trataba de una zona peligrosa para cortar un ataque prometedor. Tampoco se ubicaba Cubarsí como último hombre. Más adelante, Iñigo Martínez aguardaba el avance de Hugo Duro sobre la línea divisoria del campo, pero la intervención del central vasco no fue necesaria.

La falta de Pau Cubarsí sobre Hugo Duro por la que el Valencia reclamó la segunda amarilla CAPTURA

Por último, en el momento de notar el contacto de la mano del rival, el 9 del Valencia exagera su caída para forzar la falta y otra posible tarjeta. Las tres razones mentadas avalan la decisión del colegiado pese a las protestas del público y los jugadores locales en Mestalla.

Noticias relacionadas