El Barça empezó con dudas. Y sigue con ellas tras el partido. Algo normal en un equipo en construcción. Hansi Flick se estrenó en el banquillo azulgrana en uno de los campos más complicados de la Liga: Mestalla. El Valencia siempre es un hueso duro de roer. Flick llegó con la premisa de aportar trabajo y rigor. Así fue. El conjunto del técnico alemán consiguió una victoria de oficio (1-2). Un triunfo que no se recordará, pero que permite empezar la competición con buen pie.
Sin miedo. Las dudas con Hansi Flick residían en su apuesta por la Masía. El técnico alemán decidió acallar las dudas. No se achantó en su estreno oficial y puso a tres menores de edad: Pau Cubarsí, Marc Bernal y Lamine Yamal. Por lo demás, el míster azulgrana dio continuidad a lo que probó en el Gamper, a excepción de Ferran Torres, que entró por la sensación de la pretemporada, Pau Víctor.
Empezaron ambos equipos tanteando el terreno. Con más iniciativa el Barça con balón, pero sin peligro de cara puerta. Solo Lamine Yamal amenazó a Mamardashvili después de trazar una diagonal, mientras que el Valencia puso el miedo en Marc André ter Stegen después de tres internadas rápidas en el área visitante. El guardameta alemán salvó un balón sobre la línea, después de que Cubarsí desviase un centro raso del Valencia.
Aclarar las ideas
Partido extraño en Mestalla, con un Barça que Flick está construyendo. Que aún no se reconoce a sí mismo. Que intenta acelerar cuando debe dar pausa y que da pausa cuando existe opción a contraataque. Pocas cosas le salían al conjunto azulgrana. No creaba peligro ni por fuera, ni por dentro. Los gestos constantes de Iñigo y Lewandowski, pidiendo continuidad al juego y mover el balón, ejemplificaban la incomodidad del Barça en la primera media parte.
Y antes del descanso no se hizo esperar el primero del Valencia. Hugo Duro entró dentro del área sin perseguidor. Balde vio desde atrás la carrera del atacante che e Iñigo lo perdió de vista. Sin oposición remató de cabeza el centro de Diego López. El Barça tenía que afrontar el partido a remolque. A punto estuvieron de empatarlo los azulgranas. La zaga de los locales sacaba un disparo a bocajarro de Casadó y Cubarsí salvaba otro balón bajo la línea tras un grave error de Ter Stegen en salida de balón.
En el sinfín de ocasiones en el tiempo de añadido salía ganando el Barça. Balde no fue fiable atrás, pero sí arriba. El carril fue para él solo. Puso una banana a la zona de peligro que cayó en las botas de Lamine. Poco tardó en reaccionar el joven extremo zurdo. De primeras la puso al corazón de la pequeña, donde Lewandowski puso la puntita de la bota para empujarla a la red. Tablas en el marcador.
Empezaba con el pie derecho el Barça en la segunda parte. Lamine Yamal, precisamente con la diestra, no marcaba un gol cantado, tras tener toda la portería para él. Desde la banda generaba peligro el conjunto de Flick. Al desmarque, la mayor virtud de Raphinha, generó una ocasión el brasileño. Provocó el penalti de Mosquera. Y Lewandowski, con su habitual carrerilla, limpió las telarañas de la escuadra. El Barça remontó el partido. Fue más peligroso en dos minutos que en los 45 anteriores.
La gran losa
Y perdonó Ferran Torres un mano a mano que podría haber puesto punto y final al partido. Una ocasión de las que provoca rabia. De las que uno recuerda tras los 90 minutos. No tuvo suerte el de Foios de cara a puerta. Tampoco Alejandro Balde. Al cuarto de hora de la segunda mitad tuvo que ser sustituido por problemas musculares. Entró el joven Gerard Martín. También Pedri por Ferran y Cubarsí por Christensen. El central catalán tenía amarilla y Flick no quiso arriesgar.
Más tarde Bernal fue sustituido por Éric García. El Barça se hizo con el partido y ya no sucedió nada más. Incluso pudo sentenciar en dos ocasiones muy claras, que fallaron Casadó y Lewandowski.
El estreno de Hansi Flick en Liga no fue brillante. El juego tiene margen de mejora. Mucho. Pero los azulgranas superaron una prueba de fuego. Sin Gavi, Olmo y con solo 14 jugadores del primer equipo. El técnico teutón prometió que competirían, no como frente el Mónaco. Así ha sido. Victoria trabajada. Tres puntos. El Barça aún esta muy lejos de lo que Flick tiene en su cabeza. Pero ganó un partido que el año pasado solía perder.